DE LA OPRESION A LA LIBERTAD


No todas las parejas que pasan por el divorcio sanan fácilmente. No todas las personas que han sido abusadas lo superan rápidamente. No todas las personas que atraviesan una quiebra se recuperan. Muchas personas pasan por experiencias trágicas, y algunos por enfermedades desesperantes, por lo que son incapaces de vivir una vida plena. Esta sección trata sobre el milagro de la sanidad y la transformación del alma, la parte de nosotros que clama en silencio y se pregunta: “¿Cómo puedo llegar a ser libre?”. Tal vez usted pueda ser uno de los pocos que nunca sienten la opresión del enemigo, pero posiblemente conozca a alguien que está desesperado por experimentar libertad. Oro que el Espíritu Santo nos ayude a entender la urgencia y la enorme necesidad de enseñanza y conocimiento de lo que el enemigo realmente está tramando, y de las cosas que podemos hacer para volver a estar sanos. Dios quiere que disfrutemos de todas las bendiciones del nuevo pacto. 

• ¿Se siente usted como si la vida lo dejara de lado y duda de que vaya a mejorar? • ¿Cómo puede ser sanada una persona deprimida, emocionalmente quebrantada, y abusada? 
• ¿Puede una persona realmente ser liberada de los espíritus malignos que la atormentan? 
• ¿Qué tipo de poder es este, y cómo puede una persona activarlo? 
• ¿Todos los creyentes tienen poder y autoridad sobre todo poder del enemigo? 
 • ¿Qué pasa con las víctimas? Una vez que aceptan a Cristo, ¿pueden también depender de la autoridad y del poder de Dios para recibir sanidad y restauración? 
 • ¿Qué pasa con las maldiciones transferidas de un familiar a otro? ¿Pueden ser rotas, y la persona ser liberada? 
• ¿Qué hay del aventurarse en el ocultismo? ¿Hacerlo realmente afectará de alguna manera la vida de una persona y su carácter? 
 Yo creo que cuando una persona nace de nuevo y recibe conocimiento de sus derechos en Cristo Jesús por el nuevo pacto, puede responder sí a todas estas preguntas. La Biblia nos revela claramente que a todos los ciudadanos del Reino de los cielos se les ha dado autoridad sobrenatural sobre todo el poder maligno del enemigo: “He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre todo fuerza del enemigo, y nada os dañará” (Lucas 10:19). Pero el problema es que demasiados cristianos no saben cómo librarse de los hábitos o situaciones paralizantes en los que han caído por otra persona. No tienen idea de cómo utilizar su autoridad del Reino. Esta generación ha producido un gran número de adultos, niños y jóvenes que son absolutamente infelices, y que luchan con trastornos emocionales y sueños no cumplidos. Muchos adultos tratan de echarle la culpa a otros, pero creo firmemente que esta generación está siendo moldeada por padres que están demasiado ocupados para darse cuenta de lo que está ocurriendo a su alrededor, por un sistema educativo que ha quitado a Dios y a la oración de su atmósfera, y por un sistema mundano que tiende a la autogratificación instantánea. A través de programas de televisión, entretenimientos mediáticos, juegos, libros de texto, de la tecnología y de las amistades, somos constantemente alimentados con creencias seculares y de la Nueva Era, y con un estilo de vida que desafía todas las leyes del nuevo pacto establecidas por Dios para que el hombre tenga éxito y se multiplique. Como si eso no fuera suficiente, esta semana, mientras escribo, Satanás ha estado influenciando activamente a gente y a niños para matar y abusar. La CNN News informó que una escuela del área de Los Ángeles fue el centro de un impactante escándalo por abuso de menores después de descubrir que dos profesores abusan de niños inocentes. Muchos de estos niños, sin duda, van a crecer con recuerdos traumáticos, y algunos podrían desarrollar comportamientos irracionales. Situaciones como estas son las que originan arraigadas conductas anómalas en niños, quienes luego se convierten en adultos necesitados de la intervención y transformación divinas. Después oí en las noticias los extraños detalles del comportamiento de un padre que quemó su casa, matándose a sí mismo y a sus dos hijos, después de la búsqueda de su esposa desaparecida. Este era un padre joven con una familia encantadora y una vida plena por delante, pero con una mente y un alma desordenadas, que incursionó en la pornografía infantil y se expuso a los ataques del enemigo. Todas las áreas de nuestra sociedad se ven afectadas por el pecado y los ataques del enemigo. La cantidad de pacientes terminales está aumentando, y muchos están siendo enviados a sus casas, porque se han agotado todas las vías de ayuda médica y psiquiátrica. 
Como en los tiempos del ministerio de Jesús en la tierra, millones de personas desesperadas esperan una unción poderosa que sane a los enfermos y rompa los yugos de esclavitud. Hoy en día tenemos que escuchar las palabras y los mandamientos de Jesús proviniendo del pueblo de Dios, que se abra paso entre las multitudes, ordenando a los espíritus malignos que suelten a la gente, a la enfermedad y a las dolencias que la suelten, a los ojos ciegos y a los oídos sordos que se abran, a la muerte que deje a sus víctimas jóvenes y suicidas, y a la maldición de la pobreza que suelte a las personas. Dios está esperando que tomemos la autoridad sobre todo el poder del enemigo, que Él ya ha delegado a todos los creyentes nacidos de nuevo (Lucas 10:19). Yo creo que los milagros, señales y prodigios están disponibles para nosotros todos los días, al igual que por la intervención divina se nos proporciona nuestro pan de cada día, todos los días, pero hay un compromiso que debemos asumir. 

Me gusta la manera en que lo dice Jennifer LeClaire, editora de noticias de Charisma, en uno de sus boletines: “No podemos hacer la parte del Señor; no podemos forzar los milagros, señales y prodigios. Sin embargo, podemos hacer nuestra parte: podemos derribar las fortalezas de nuestra propia alma que nos impiden caminar en la plenitud del Espíritu. Podemos dejar de tolerar los espíritus que nos tientan a pecar. Podemos comenzar a interceder por los santos caídos en lugar de jugar al juez. En otras palabras, podemos empezar a vivir como vivían los santos en el libro de los Hechos: entregados, encendidos, y dispuestos a morir por el evangelio. El avivamiento comienza con usted. Lo repito, no podemos fabricar milagros. No podemos generar maravillas. Sin embargo, podemos cooperar con el Espíritu Santo para separar lo profano de lo santo en nuestros propios corazones y en nuestras propias mentes. Podemos purificarnos y despojarnos de todo peso que nos detiene. Podemos permitir que el Espíritu de Dios haga una obra profunda en nosotros y pueda, entonces, obrar grandemente a través de nosotros. El avivamiento comienza con usted y conmigo”. 
Hoy somos testigos de un crecimiento sin precedentes en muchas iglesias, las cuales se llenan de nuevos convertidos que esperan con avidez que se manifiesten la unción y el poder de Dios después de oír los mensajes del poder milagroso de Dios para sanar y liberar a las personas de la pobreza y de la potestad de Satanás. ¿Qué sucede entonces? ¿Dónde están los llamados al altar? ¿Dónde están los obreros ungidos del altar, listos para echar fuera demonios y ordenar que la enfermedad, las dolencias, y el quebrantamiento suelten a las personas enfermas, agobiadas y desesperadas? En cambio, la música vuelve a sonar, es necesario hacer los anuncios, y se les dice a las personas que los altares están abiertos para la oración después de que el servicio haya finalizado. ¿Dónde está el poder de Dios para liberar a los cautivos? Hay muchas iglesias llenas del Espíritu que enseñan a la gente cómo ser libre. Pero muchos son buscadores de congregaciones amigables con mensajes maravillosos, pero sin señales, ni prodigios ni milagros que sigan a la Palabra de Dios. La gente sale sintiéndose renovada, pero con los mismos problemas y obstáculos insoportables. Nos falta la parte más importante del evangelio: sanar a los enfermos, abrir los ojos a los ciegos, y libertar a los presos de la oscuridad y la opresión espiritual (Isaías 42:7). Dios ya ha hecho provisión al darnos un Salvador, Jesucristo. 
El enemigo está trabajando horas extras. Él sabe que su tiempo es corto, porque Dios está alineando todo para dar la bienvenida a su novia en el Reino de los cielos. El pueblo de Dios es la novia de Cristo, y debemos limpiarnos y prepararnos para este magnífico evento. Hay demasiadas personas que están sufriendo hoy. Cada familia ha sido afectada por la economía inestable y endeudada, por la pérdida de empleos, de viviendas, de pensiones y jubilaciones, del seguro médico, y por el aumento de los divorcios y la ruptura de hogares. Toda esta inestabilidad está causando desesperación y un alto nivel de conflicto en muchos hogares. Los niños se esconden en su mundo cibernético, y muchos están experimentando trastornos de ansiedad. Nunca hemos visto un tiempo como este. 
Nuestro mundo, tal como lo conocemos, pronto dejará de existir. Un sistema mundial único se está desarrollando con rapidez, y ya está en ciernes una sociedad socialista. Es necesario que el pueblo de Dios se concientice y crea que Dios tiene un plan superior, y que, además ¡Él tiene la última palabra! El justo por la fe vivirá. Tenemos que consagrar nuestras vidas para vivir una vida santa y creer que Dios nos está cuidando activamente. No vamos a fracasar, ni sucumbir, ni morir de inanición, ni arreglárnoslas como podamos. Dios ha prometido que nos mantendrá y nos sostendrá todos los días de nuestras vidas. Debemos creerlo.

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