¿TE SUENA A DIOS?

Lo que encamina tu vida hacia las promesas de Dios y hace que se despierte dentro de ti lo que nunca antes había despertado no es lo que ves, sino lo que oyes. Esto es vital para toda tu vida, para tu trabajo, para tu empresa, para tus relaciones, para todo lo que haces.
En esta vida vas a ser expuesto a muchas cosas.  Hay quienes dicen cosas que se oyen bien, pero suenan mal. Tienes que cuidarte de esas personas, tienes que afinar tu oído para oír verdaderamente la voz de Dios en tu vida.
Dios te puede hablar de muchas maneras, a través de sueños, a través de la biblia, pero, muchas veces, te va a hablar a través de una persona.  Usará la voz de alguien para decirte algo, pero tú no puedes estar pendiente a la voz de esa persona, sino al sonido de sus palabras.  Sus palabras, ¿suenan como Dios?
En Juan 10, Jesús habla de 3 grupos de personas: El ladrón y salteador; los extraños, y los asalariados.  Estos son 3 sonidos que tienes que evitar, para poder identificar la voz de Dios.
Las ovejas siguen la voz del Pastor, así como Dios espera que sigamos su voz.  El sonido de su voz es diferente a la de los religiosos, es diferente a lo que decían los líderes judíos a quienes Jesús se dirigía al hablar estas palabras.
Con esto, les decía que hay mucha gente que habla las palabras que Él habla y que dice muchas cosas que Él dice, pero su sonido es diferente.  Jesús dijo que sus ovejas podrían  identificar a los ladrones y salteadores, los extraños y los asalariados; podrían identificar a aquellos que quisieran desviarles de su camino, hablando cosas semejantes, pero con diferente sonido.
Todavía hoy, hay quienes actúan como ladrones, salteadores, extraños y asalariados; personas que, aunque pueden tener apariencia correcta, su sonido es diferente.
Si quieres ser dirigido por Dios, tienes que aprender a identificar la voz de Dios en tu vida.
El Señor está haciendo la diferencia entre sus ovejas.  Él no está pidiendo que lo entiendas; Él lo que te está pidiendo es que le sigas, porque el sonido de su voz es diferente a lo que tú oyes.

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