NO ES EL MISMO DIOS

Romanos 8:11 Reina-Valera 1960 (RVR1960) 

Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en vosotros. 

Es un hecho que cada persona puede decidir creer lo que literalmente le venga en gana, pero eso no le asegura que aquello que crea sea lo correcto o incluso lo que le convenga, más siempre será su propia decisión aquello en lo que decida creer. Esto que le cuento, se lo digo porque hay teorías de algunas personas que aseguran que Yeshúa (Jesús), Mahoma, y Buda son la misma persona, aunque sus enseñanzas no tengan nada que ver la una con la otra, o bien hay quienes dicen que todo se soluciona por medio del amor, pero en realidad no tienen mucha idea de lo que es el amor, saben del sentimiento, más no de la decisión y regularmente su amor esta basado en lo que sienten, que puede cambiar de acuerdo a las circunstancias y no de lo que deciden, lo cual puede perdurar a pesar de que el entorno cambie. La Biblia nos habla del yugo desigual, nos previene de no unirnos en yugo desigual y eso no se trata de que las personas de religiones diferentes no se puedan casar, sino de que no debemos de emprender ningún tipo de relación formal con personas que no creen en lo mismo que nosotros. 

Esto es delicado porque hay personas que dicen creer en Yeshúa (Jesús) porque han escuchado de Él, o porque van a alguna iglesia, ya sea católica, evangélica o de cualquier denominación cristiana y se dicen del mismo yugo (es decir que creen en lo mismo), incluso hay quienes aseguran que es el mismo Dios para todas las religiones que creen en Cristo, cuando en realidad no es de esa manera. Esto se lo digo, porque como en realidad las personas no están acostumbradas a tener respuestas de Dios y no están acostumbradas a obedecer a un Dios al que no ven (obvio no puedo generalizar), suelen ir moldeando su idea de quien es Dios a sus circunstancias y a sus situaciones personales, de modo que pueden ir 2 personas a la misma iglesia y aprender lo mismo y tener 2 dioses diferentes, que se parecen al de la Biblia. Es justo ahí donde radica la diferencia, en la Biblia, hay un montón de personas allá afuera que aseguran tener una relación con Dios y que incluso dicen amarle, que en realidad nunca se han tomado la molestia de leer la Biblia para conocer al Dios al que dicen amar, por tanto, su vida espiritual esta llena de enigmas y de ideas propias, cada persona va creando aun dios distinto según lo que cree. 

Esto llega al grado extremo donde nos encontramos con situaciones tan absurdas como que hay quienes creen que Dios es capaz de sanar a un enfermo cuando lo necesitamos o sacarnos de las deudas, pero no es capaz de mantener su palabra integra y cuidarla para que nadie la manipule, por eso luego dicen que la Biblia es un libro manipulado por los hombres, como si ganaran algo con cambiar algo que pocos leen, no lo cree? Cuando abrimos la Biblia, descubrimos a Dios, ya que ella habla del carácter de ese Dios en el que decimos creer, y descubrimos su absoluta congruencia y lo asombroso de como se manifiesta y siempre está ahí, es solo por medio de la Biblia que entraremos en el verdadero contacto con Dios. Cuando nos atrevemos a conocer a Dios por medio de su palabra, es cuando entendemos la diferencia entre el Padre el Hijo y el Espíritu Santo y su inevitable relación, como podemos estar con los 3 a la vez, pero como cada uno tiene algo especial para nosotros y cuando lo hagamos, entenderemos que vivimos en la era del Espíritu Santo quien es quien pone poder en nosotros y hace que nuestra vida sea absolutamente genial, porque somos nosotros quienes provocamos milagros y cosas asombrosas para nuestra vida, para los que nos rodean y nuestros entornos por medio de su efecto en nosotros. 

Al conocer a Dios por medio de su palabra nos daremos cuenta que no tenemos un Dios misterioso ni oculto, sino que tenemos un Dios que se place en usarnos todo el tiempo para que seamos nosotros quienes le reflejemos, pero del cual dependemos en todo para poder seguir adelante. La cita de hoy nos ayuda a entender que antes de haber conocido a Dios por medio de su palabra todo parecía muerto, pero el Espíritu de Dios es quien nos vivifica, por medio de ponernos en acción y usarnos para el establecimiento del Reino de los Cielos en la tierra.

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