EL CUERPO AVISA...

¿Está trabajando más y relajándose menos? ¿Cada vez hace más y su lista nunca parece reducirse? ¿Se siente que lo que hace es correr de un lado para otro? Si es así, es hora de que se tome un descanso. Históricamente los estadounidenses tenían la semana más corta de trabajo en el mundo después de la Segunda Guerra Mundial. Hoy en día es la más larga. Mas la vida es mucho más que 40 a 50 horas trabajo a la semana. Las personas están tan desesperadas por tener tiempo libre que de acuerdo al Center for a New American Dream (Centro para un Nuevo Sueño Americano), la mitad de la fuerza laboral cambiaría un día libre por un día de paga menos. El único problema es que si logramos tener unos minutos para sentarnos y relajarnos, nos sentimos culpables. En este mundo ajetreado si no estamos constantemente en movimiento nos tildan de haraganes y desmotivados. En la sociedad ruidosa y activa muchas personas simplemente no se sienten cómodas cuando tienen tiempo libre. La sociedad nos ha convencido de que nunca debemos estar sin hacer nada. Contemplar un hermoso atardecer, observar las llamas en una chimenea o ponderar en la complejidad del cuerpo humano, aparentan ser un arte perdido. Parece que algo en la condición humana nos lleva a un estilo de vida de hacer en vez de ser. El estrés y el exceso de trabajo son los principales problemas de salud hoy en día. El Center for Disease Control and Prevention (Centro para el Control de Enfermedades y Prevención) dice que el 80 por ciento de nuestros gastos médicos están relacionados con el estrés. 

Hasta nuestros hijos están sobrecargados. La presión para que los niños hoy en día alcancen el éxito y compitan está más fuerte que nunca, y está sucediendo cada vez en chicos más jóvenes. Los padres se sienten que están privando a sus hijos si no les permiten que tomen ventaja de la gran cantidad de actividades disponibles para ellos. Pero hasta los niños necesitan tiempo para relajarse y usar su imaginación. El tiempo libre estimula la creatividad, algo que muchos niños hoy día carecen. Toda la familia se puede estresar por vivir a toda prisa y sin tiempo para descansar juntos. Lo cierto es que si no nos cuidamos a nosotros mismos, no podemos cuidar a otros. Cuando tenemos mucho que hacer tratamos de realizar varias tareas a la vez, lo que añade estrés y frustración. Una encuesta de la revista Scientific American Mind dice que un 72 por ciento de las mujeres sienten la presión de hacer mucho al mismo tiempo. Además, el 65 por ciento dice que hace menos a pesar que se sienten más ocupadas que nunca. Hay una razón para esto: Cuando cambiamos de tareas cuando estamos haciendo una que no es familiar o que es compleja, tendemos a tomarnos más tiempo que si la hiciéramos por separado. No todas las tareas se pueden hacer a la vez, por lo que tenemos que aprender a discernir cuando realizar varias a la vez o cuando concentrarnos en un trabajo a la vez. Como un tren que va directo a tener una colisión, muchas veces no sabemos cómo detenernos. La clave es adoptar una actitud saludable hacia el compromiso mientras se balancea esa actitud con el conocimiento de nuestras limitaciones. Todos tenemos 24 horas en el día, ni más ni menos. Como vemos y usamos ese tiempo depende de cada persona. No tiene que esperar a estar agotado o a tener problemas de salud para entonces relajarse; puede tomar tiempo para usted incluso cuando más ocupado está. Primero, empiece su día en paz pasando tiempo de calidad con el Señor y pidiéndole que organice su día. 

Tome tiempo para reenfocarse en lo que verdaderamente quiere de la vida y establezca sus prioridades para alcanzar esas metas. Conozca sus limitaciones, establezca límites claros y aprenda a decir no. Considere su familia y reevalúe sus obligaciones y actividades. Hay un tiempo para todo y quizás ahora no es el momento para ciertas cosas. Entonces mantenga una perspectiva apropiada y preste atención a las señales de advertencia cuando se está sobrecargado y desbalanceado, como lo son el cansancio, la fatiga mental, el resentimiento y el comportamiento compulsivo. Permita cierto tiempo en su agenda diaria para hacer nada. Hágalo. Trátelo y verá que no va gritar: “¡Déjenme en paz!”.

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