TRABAS EN LA VIDA

Cuando el hombre siembra, en cualquier sentido de la palabra, cuando lo que tú haces no produce los resultados que debería producir, debes entender que hay algo que alinear con Dios, hay algo que arreglar, hay algo que corregir.
Dios le prometió a su pueblo una tierra que fluía leche y miel, la tierra de las promesas, la tierra prometida. Abraham sabía que, cuando él llegara al lugar correcto, y se alineara todo con Dios, y estuviera en el momento correcto, la tierra iba a responder correctamente.
Si hay algo hoy en tu vida que no está respondiendo como debería responder, tienes que buscar en dónde te has desalineado con Dios, qué cosa no estás haciendo correctamente, para comenzar a alinearte nuevamente, porque la promesa de Dios para tu vida es que él te ha dado una tierra que produce leche y miel.
Cada acción que tú hagas, la tienes que hacer por fe, bajo la revelación de Dios, y esperar los resultados que Dios te ha prometido y, si no los estás teniendo, debes comenzar a buscar.
No aceptes el fracaso como parte de la voluntad de Dios para tu vida. Acepta el fracaso como una corrección. Algo no hiciste bien. Algo no miraste bien. Quizás no consultaste con Dios, quizás no era lo correcto. Pero algo te tiene que enseñar el fracaso, para tú poder arreglar tu vida, ordenar tu vida.
El problema de mucha gente es que viven vidas desordenadas, porque no aprovechan los fracasos de su vida para alinearse con la voluntad de Dios.
Pero tú debes ser como Abraham, que sabes que Dios te prometió una tierra que fluye leche y miel, una tierra que, cuando tú siembres, va a producir, una tierra que va a reaccionar correctamente a tus acciones.
Abraham tuvo que pasar por un proceso de aprendizaje para poder obtener esa promesa, para poder llegar a ese nivel de bendición, donde todo lo que hacía le salía bien. Tuvo que pasar por un proceso de desarrollo espiritual.
En Génesis 22, se nos narra el momento en que Abraham, en obediencia a Dios, va camino a sacrificar a su hijo Isaac, quien le pregunta dónde está el cordero para el holocausto, a lo que Abraham responde: Dios se proveerá de cordero. Unos versos más adelante, luego de que Dios detuviera a Abraham de sacrificar a su hijo, dice que Abraham alzó sus ojos y, a sus espaldas, había un carnero.
Si aquel carnero estaba a sus espaldas, significa que Abraham ya había pasado por aquel lugar. ¿Cuántas veces tú has pasado de largo de la bendición que Dios tiene para tu vida? ¿Cuántas veces tú has caminado, y has pasado de largo de la provisión que Dios tiene para ti?
El carnero estaba trabado. Quizás tienes un negocio trabado, un matrimonio trabado, hijos trabados. Hay cosas que, en tu caminar, se han trabado, y tú piensas que son graves problemas para ti, pero en realidad es todo lo contrario. Lo que está trabado no es tu vida. Lo que está trabado es la bendición y la provisión de Dios, y tiene que haber un momento en que tú lo realices, y vayas y la desates.

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