Es interesante que como Pedro a veces queremos demostrar las cosas que somos o las que hay dentro de nosotros por medio de expresiones sentimentales y muchas veces lo hacemos con la ventaja de que normalmente nadie puede ver la realidad que hay en nuestro interior, pero nos olvidamos de que a Dios no le podemos engañar y que contra su palabra no podemos, ya que su palabra es igual a la verdad y a su vez solo la verdad nos hace libres.
La reacción apasionada de Pedro es algo de lo mas normal, pero a su vez es algo que le pudo haber atado y pudo haber impedido el que realizara su propósito como Apóstol si no sanaba pronto el desencanto de saber que sí negó a Jesús tal como lo había dicho, afortunadamente lo hizo a tiempo.
A veces nosotros reaccionamos de la misma manera, creemos que nuestra buena intención lo puede todo y que podemos mover el mundo por medio de nuestras emociones, pero es justo en el punto en donde estamos a punto de poner nuestra palabra de por medio o donde estamos a punto de comernos el mundo a mordidas donde tenemos que hacer un alto y entender que el tener una relación con Dios no esta basado en lo que tenemos y podemos hacer, sino en lo que dependemos de Dios, es decir, Pedro hubiera podido reconocer que lo haría y pedido ayuda a Jesús para no hacerlo y hubiera visto milagros y fortaleza en cada ocasión, o bien lo hizo a su modo, demostrando que Dios siempre tiene la razón, no lo cree?
No nos es necesario el comprometer nuestra vida para demostrar nuestra fe y nuestra devoción a Dios, Dios conoce nuestro corazón, pero tal como le hizo con los Israelitas, les dio una ley imposible de cumplir, para que no tuvieran de otra mas que recurrir a Dios, y tristemente se afanaron mas en cumplir la ley que amar al Dios que se las dio, a veces así nos pasa a nosotros, pasamos mas tiempo pensando y demostrando el amor que tenemos que pasando tiempo en intimidad con Dios y reconociendo cuanto lo necesitamos, que interesante no?
Por tanto, la siguiente vez que alguien cuestione su fe, o que simplemente usted piense al respecto, piense que usted no es nada diferente a Pedro y que si se encontrara en la misma situación, muy probablemente reaccionaría y lo negaría de la misma manera, solo que puede reconocerlo en ese momento y aferrarse a Dios y pedirle su ayuda para ver milagros y prodigios en su vida a causa de su dependencia a Él, tal como lo planeó y como lo espera de nosotros

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