FIESTAS JUDIAS EN LA BIBLIA


Colosenses 2:16. Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, 17. todo lo cual es sombra de lo que ha de venir;


La Primera: la Pascua (Pésaj ) Celebrada el 14 de Nisán (cerca de nuestro inicio de abril) en memoria de la liberación de los israelitas de la esclavitud de Egipto. Su importancia era tal que los romanos solían liberar un preso en esa fecha, de acuerdo a la voluntad del pueblo. Lev. 23:5, Proféticamente Simboliza la muerte de Cristo, el es nuestra pascua 5:7 Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.

La Segunda: A continuación de la Pascua, y en asociación con ella, tenía lugar la Fiesta de los Panes sin levadura durante siete días. Iniciaba 15 de Nisán (abril) Lev. 23:6-8 representa la Sepultura de Cristo, así como esos panes eran amargos y duros, Cristo sufrió un momento de amargura y dolor al morir Lucas 22:42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

Tercera: De las Primicias el pueblo ofrecía a Dios las primicias de las cosechas Lev. 23:9-11 Representa la Resurrección de Cristo, el primero en resucitar, las primicias 1 Cor. 15:20 Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos; primicias de los que durmieron es hecho.

Cuarta: Pentecostés (shabuot) que tenía lugar cincuenta días después de Pascua, cerca del final de mayo (la palabra griega pentecostés significa “cincuenta”). Se conmemoraba en ella la entrega de la Ley a Moisés, así como la siega del grano del que se ofrecían en el Templo dos de los llamados "panes de agua". Lev. 23: 15-22 Representa la Venida del Espíritu Santo así como en el día de Pentecostés. Hechos 1 y 2.

Quinta: De las Trompetas: Esta fiesta introduce las tres fiestas del otoño que hacen alusión a los tiempos del fin y simbolizan el comienzo del reino de Dios. Lev. 23:24, 1 Tes. 4:16-17; 1 Cor. 15:51-52.

Sexta: A continuación nos encontramos con el Día de la Expiación (Yom Kippur) que, en realidad, consistía más en un ayuno que en una fiesta. Era el único día, como ya vimos, en que el Sumo sacerdote podía entrar en el Santísimo para ofrecer incienso y rociar la sangre de los sacrificios. Tras realizar estos actos, se soltaba un macho cabrío al desierto que llevaba, simbólicamente, la culpa de la nación, y se sacaban fuera de la ciudad los restos de los animales sacrificados en holocaustos. Durante el día se ayunaba y oraba de manera especialmente solemne. Lev. 23:27-32, profetiza la Segunda Venida de Cristo.

Séptima: Cinco días después tenía lugar la fiesta de los Tabernáculos o Cabañas (Sukkot), cercana a nuestro primero de octubre. Se conmemoraba con ella la protección de Dios sobre Israel mientras vagó por el desierto a la salida de Egipto y servía asimismo para dar gracias a Dios por las bendiciones recibidas durante el año. Durante esta festividad, era costumbre que la gente viviera en cabañas improvisadas, y situadas a no más de una jornada de sábado de Jerusalén, en recuerdo de la experiencia pasada de Israel. Los dos actos religiosos principales eran el derramamiento de una libación de agua, realizada por un sacerdote usando una jarra de oro con agua del Estanque de Siloé, y la iluminación del Templo mediante cuatro enormes lámparas que se situaban en el patio de las mujeres. Lev. 23:33-44 Representa el Reino Milenial donde habitaremos con Cristo.

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