A MI MANERA... O A LA MANERA DE DIOS?


“Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.” Juan 14:6.
Por las buenas o por las malas, es una lección que todo Cristiano debe de aprender tarde que temprano. Por las buenas no hay desesperación, miedo ni quebranto….pero por las malas, pasa todo lo contrario.
Los cristianos, antes de conocer al Señor, vivíamos a nuestra manera; y el “a mi manera” era intocable.
Era impensable que alguien nos dijera como dirigir nuestras vidas, después de tanto tiempo cuidando de nosotros mismos, ¿Cómo le íbamos a entregar nuestra vida y nuestra voluntad a alguien más que no fuéramos nosotros? Pero dadas las circunstancias, y con tal de ser librados de la muerte, muchos aceptaron al Señor en su corazón…más no de todo corazón. Una vez que Jesús les ha librado, y la humildad se ha olvidado, vuelven a tomar el control de sus vidas.
¿Y qué sucede?….nada menos que otro quebranto. Pues Dios es tan celoso que por las buenas o por las malas, nos dará un final feliz. “A mi manera” es fácil, pues no exige mucho. La manera de Dios no es fácil, pero da en abundancia.
“A mi manera” es cobarde, pues no le gusta enfrentar sus temores. La manera de Dios es enfrentar nuestros temores. Pero una vez que lo hacemos, Él manifiesta su gloria.
“A mi manera” busca el reconocimiento personal, más sin embargo nunca habrá suficiente para llenarle. La manera de Dios no busca reconocimiento personal. Pero solo prescindiendo de nosotros mismos, encontraremos plenitud.
“A mi manera” cree saberlo todo y no necesita ayuda. Pero esta creencia lo lleva solo a la muerte. La manera de Dios es pedir consejo, que en ocasiones dolerá…pero solo así llegaremos a viejo.
La voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta. Más sin embargo, muchas veces lo olvidamos. Y al no mirar lo que queremos mirar, volvemos a “A mi manera”; estorbándole a Dios para que realice su perfecta voluntad. Querido amigo, mi invitación el día de hoy es a aceptar la manera de Dios en tu vida y morir al “A mi manera”.
En ocasiones la voluntad de Dios no pareciera lo que esperamos, no por eso significa que Dios no esté actuando, solamente que no lo está haciendo a nuestra manera.
No te desesperes, solo mantente en su voluntad, y recibirás más de lo que anhelaste. Mantente obediente y no te salgas del camino, pues de una u otra manera Dios te dará el final que anhelas:

“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis.” Jeremías 29:11

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