LA INIQUIDAD I

En Ezequiel 28:15 “perfecto eras en todos tus caminos, hasta que se halló en ti la Iniquidad…”

Esta fue la caída de Satanás a causa de la iniquidad. ¿Cómo entró aquí la iniquidad? ¿Qué significa que alguien allá sido perfecto en todo y luego entró iniquidad? Algo se torció dentro de Él, lo sacó de su lugar, de su propósito.


¿Qué dice Dios de la Iniquidad?


Éxodo 20: 5b y 34:6‐7
Dios hace una clara diferencia entre INIQUIDAD, REBELION Y PECADO. Los tres son diferentes y deben ser tratados diferentemente. En la gran mayoría de las iglesias se predica en contra del pecado, se predica que hay que arrepentirse de los pecados, pero muy pocos lugares tratan con la raíz del pecado. La raíz de todo el mal, la raíz que introduce todo pensamiento pecaminoso, es la iniquidad. Si yo pienso en el pecado, el pecado es solo el fruto, los frutos de la carne como dice la palabra es el pecado visible, externo del hombre.


¿Cuántos saben que el fruto, no es el tronco, ni la raíz? La palabra dice que manifiestan son las obras de la carne, los frutos de la carne. Es lo que se ve, lo exterior, lo que se prueba. Cuando tratamos con el pecado, solo estamos tratando con la parte externa del asunto, pero nadie apunta a la raíz, y esta es la iniquidad. Hemos dejado crecer esta raíz y a su vez creció también un árbol, que se hizo grande y que permanentemente está dando frutos, y estos frutos son los frutos de la carne, el pecado. Mientras solo vivamos arrancando el fruto del árbol, el árbol volverá a dar su fruto. La biblia dice que el hacha esta puesta en la raíz para quitar la iniquidad de Israel.


Iniquidad y pecado son dos cosas diferentes:

así que si dejamos la iniquidad de lado, vamos a estar en constante problemas, ya que la justicia de Dios, nunca deja de juzgar; así como el amor de Dios nunca deja de amar, la justicia de Dios, nunca deja de juzgar. Y la justicia de Dios siempre tratará contra la iniquidad del hombre. La justicia de Dios es para alinear, para corregir. Donde quiera que este la iniquidad, va estar la justicia de Dios, tratando de enderezar la vida del hombre. Así que si no tratamos con la iniquidad, vamos a estar en un conflicto permanente entre la justicia de Dios y la iniquidad.


¿Señor que me está pasando?


Es por eso que numerosas personas que entregaron su vida a Cristo y que caminan en santidad, reciben permanentemente ataques demoniacos, ataques en su salud, en su economía, en sus familias, en sus matrimonios, etc. Y dicen, no entendemos que es lo que nos está pasando. Lo que está pasando es, que en la medida en que estamos buscando la Gloria de Dios, vamos a encontrarnos con la justicia de Dios, ya que la Gloria y la Justicia de Dios siempre están unidas. A la Gloria de Dios no podemos acercarnos sin pasar por la justicia de Dios.


Salmos 97:6 “los cielos anunciaron su justicia y todos los pueblos vieron su gloria.”


Justicia y gloria de Dios, siempre estarán juntas. El problema es que muchas veces no sabemos que cuando decimos queremos ver tu gloria, o manifiesta tu gloria, si o si se manifestará primero la justicia de Dios. La gloria de Dios tiene un poder que viene con la justicia y es por eso que no todos podrán estar en pie ante la Gloria de Dios. Todos quieren la gloria de Dios pero no tratamos con lo que va ser quemado y consumido y esto es la iniquidad.

¿Qué es la Iniquidad?


La iniquidad es todo lo que esta torcido del Hombre, iniquidad no necesariamente es un pecado terrible. Iniquidad es simplemente estar desalineado de Dios. Muchas veces se predica en contra de las maldiciones, y cancelan las maldiciones pero yo veo como al cabo del tiempo, esas maldiciones regresan y con mayor intensidad. La maldición no viene sin causa, sino como la golondrina tiene su volar, y está buscando donde posarse y anidar, así también la maldición no viene sin causa. La maldición es una fuerza espiritual que está buscando adonde adherirse y a eso donde tiene que adherirse se le llama iniquidad.

Qué problema tan grande tenemos hoy en la iglesia, al desconocer el efecto de la iniquidad en la vida de los creyentes y estamos sufriendo terribles consecuencias por causa de la iniquidad. Mientras no desarraiguemos ese árbol, mientras no saquemos, extirpemos hasta la última raíz de iniquidad, esas maldiciones van a seguir viniendo hacia ti. Porque un principio espiritual es que justicia e iniquidad se oponen entre sí.

La justicia tiene un poder de atracción, dice la palabra: “buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todo lo demás será añadido.” Esto significa que la justicia tiene un poder de atracción hacia una persona todas las cosas que pertenecen al reino de Dios, como la bendición, su gracia, su poder, su misericordia, su favor, su salud, su prosperidad, el gozo, etc. etc.

Pero la iniquidad, también tiene un poder de atracción. Son dos fuerzas espirituales que atraen hacia sí mismas cosas de su naturaleza. Así como la justicia atrae hacia una persona, todas las cosas que pertenecen al reino de Dios, así también la iniquidad atraerá todas las cosas que ertenecen al reino de las tinieblas. Esto es enfermedad, esto es miseria, esto es divorcios, esto es problemas tras problemas, maldición tras maldición, etc.

Y la gran pregunta que miles de cristianos se hacen es ¿Por qué me está aconteciendo esto? Si yo tengo un caminar recto con Dios. Dios viene a abrirnos el entendimiento.¿Cómo se liberaban de la iniquidad?

Levítico 16:21‐22 La iniquidad se confesaba sobre un macho cabrío, poniéndoles las manos del sacerdote sobre la cabeza de aquel animal y lo enviaban al desierto. Por medio de la confesión de las iniquidades era liberado el pueblo. La iniquidad debe confesarse!! Otra vez Dios hace una diferencia entre iniquidad, rebelión y pecado Jesús no solamente llevó nuestros pecados y maldiciones, sino también nuestras iniquidades. Isaías 53 Pero necesitamos saber, como tratamos con nuestra iniquidad. Como la saco de mi vida. Como la identifico en mi vida y que frutos está dando. De lo contrario no la vamos a poder sacar.
La biblia dice que el Señor visita la maldad de los padres hacia los hijos hasta una tercera y cuarta generación.

La contaminación del espíritu humano

2 Corintios 7:1 dice: “así que, amados, teniendo tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.

La iglesia por años se ha enfocado a tratar de limpiar la contaminación de la carne, pero nunca pensamos en limpiar la contaminación de nuestro espíritu. Hemos ignorado totalmente la contaminación que viene a través del espíritu. Y esto es iniquidad. Veamos lo que dice Malaquías 2:16 “…guardaos pues en vuestro espíritu y no seáis desleales.” Esto está diciendo aquí que la deslealtad matrimonial está afectando al espíritu. Cuando Satanás concibe esto pensamiento torcido de lo que era Dios, Satanás era espíritu.
La iniquidad entra espiritualmente al corazón de este arcángel Luzbel.

Es la sangre en nuestro organismo la que contiene la vida del espíritu. Nosotros somos espíritu pero en nuestra sangre está contenida la vida. Cuando el óvulo es fecundado por el espermatozoide. Solamente el padre puede transferir sangre, la madre no transfiere sangre. La sangre del padre, entra y concibe fecundando el óvulo, en ese momento el espíritu del hombre va a entrar a formar parte de óvulo fecundado que será el embrión en formación. Y es en ese momento que el espíritu viene puro, perfecto de parte de Dios, es contaminado por la iniquidad del padre y la herencia espiritual de una persona comienza a imprimirse en el espíritu puro y perfecto que venía de parte de Dios.

Salmos 51:5 dice: “He aquí, en maldad (Iniquidad) he sido formado, y en pecado me concibió mi madre.”

Quiere decir que ese espíritu puro y maravilloso de Dios, al tener contacto con la sangre del padre, humanamente hablando, es transferido todo ese torrente de iniquidad. En este momento es visitada, o sea pasa la iniquidad del padre al hijo. (Esto es una Herencia)

La iglesia del siglo XX había perdido la capacidad de entender el espíritu del hombre, pero la revelación en esta era apostólica está trayendo conocimiento e iluminación sobre el espíritu del hombre y por fin estamos encontrando la raíz de nuestros males cotidianos.

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