LUCHA HASTA EL FINAL


No te confíes del camino que ya recorriste. Las promesas del Señor son eternas y Él siempre merece una atención especial


Cuídate que aún hay más para ti
Hay momentos en la vida cuando parece que ya no queda nada por hacer. Tal vez porque sientes que lo has logrado todo o porque piensas que estás derrotado pero aún tienes tu espada empuñada listo para continuar en la batalla. Pero te aseguro que aún hay más y tus ojos todavía no han visto todo lo que Dios tiene para ti.

Lucha hasta en final

1ra. Corintios 9:26-27 dice: Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.

Pablo logró muchas cosas, prácticamente llevó la Palabra a toda Asia. Aunque no conoció personalmente a Jesús, se levantó a predicar con una pasión que pocos demostraron. Estas palabras no las escribió al principio de su ministerio, sino al final, cuando ya casi concluía su tarea. Imagina el impulso que aún le quedaba después de trabajar tanto y tan arduamente. Lo mismo debe suceder con nuestro ánimo. Es necesario que cuidemos y aprovechemos lo que Dios nos ha dado para desarrollarlo hasta el final. Muchas personas no están conscientes de su potencial y las grandes promesas que hay para sus vidas, por eso se descuidan y se desperdician. Dios es eterno, como tu ánimo y esfuerzo debe ser.

En el verso 27 Pablo confiesa que puede ser eliminado. Nunca da las cosas por hecho, sabe que debe continuar su carrera y ganarla. No importa que bien hayas corrido si al final te dejas vencer. Muchas veces la victoria y el éxito se definen en segundos. Puedes haber hecho un gran trabajo pero si te descuidas en el último momento, todo puede desmoronarse. Un buen ejemplo es el jugador francés Zinedine Zidane. Era el mejor de su época, tanto que incluso le decían “el mago”. Era intachable pero se equivocó en el último minuto, durante la final Francia-Italia del Mundial 2006, cuando le dio un cabezazo a otro jugador. Ahora no es recordado por sus goles y brillante carrera sino por el error que cometió.

No se cuidó hasta el final y sus últimos segundos frente al mundo lo marcaron para siempre. Fuimos llamados para obtener algo brillante pero debemos cuidarnos para alcanzarlo. Toma la vida como una pelea o una carrera, tú escoges pero descubre que es una competencia que debes iniciar y terminar exitosamente.

Este éxito debemos alcanzarlo tanto en nuestra vida terrenal como espiritual. Cuida tu desempeño en todas las áreas, de igual forma en tu trabajo como en tu familia y con Dios. Cuando el fariseo Nicodemo le preguntó a Jesús qué debía hacer para nacer de nuevo, la respuesta fue que debería nacer en el agua y el espíritu. Estás vivos en la carne y también en el espíritu porque eres un cristiano que trabaja en la obra del Señor.

Entonces, recuerda esa maravillosa época del primer encuentro con Cristo y renueva tus fuerzas en Él. Yo valoro tanto esos momentos que conservo mi primera biblia, incluso los cassetes que me regalaron cuando salí del Encuentro, nunca olvidaré aquella canción que decía “renuévame Señor Jesús…”. Recuerda el tiempo cuando conociste al Señor, cuida lo que tienes, debes crecer y levantarte espiritualmente.

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