VIRUS Y ANTIVIRUS



Hay muchas cosas que vemos y oímos a diario. Muchas veces ni siquiera sabemos qué son, pero igualmente le abrimos la puerta de nuestro disco duro (corazón).
Fue entonces que pensé en la música latinoamericana.
Cuando nos ponemos a analizar nuestra música latina, nos damos cuenta que estamos en graves problemas. Hablamos de adulterio, de fornicación, de borracheras.

Las letras de las canciones dicen cosas como: “Le tiré tres balazos porque me robó a la Juanita.”. O: “Te fuites, me dejates y no volvites.”

El otro día escuché una canción increíble, la letra decía así: “Es un merengue sin letra. Es un merengue sin letra.” Ni siquiera pudieron hacer una canción que no dice nada. No me pude aguantar la risa al escuchar esa canción. Después de escuchar tanta música que predica valores tan torcidos y huecos, no debería ser un secreto el porqué muchas veces nos encontramos batallando en campos de nuestra vida.

Tenemos que tener cuidado de lo que entra por la puerta de nuestros oídos. Si eres una de esas personas que siempre mira programas televisivos sensacionalistas, amarillistas, rojos y de diferentes colores, cuando te preguntes por qué estás como estás, la respuesta se encuentra en las cosas que permites que entren en tu corazón (disco duro).

En México había una revista que se llamaba “Alarma”. Era impresionante ver cuánta sangre había en ese medio de prensa. Cuanta más sangre había, mejor era el periodismo de la revista, según ellos. Si estás leyendo ese tipo de revistas, y después te preguntas por qué luchas con el temor y la angustia, necesitas entender que el enemigo está metiendo cosas dentro de tu corazón a través de lo que estás viendo y oyendo.

Jesucristo enseñó que vino a darnos vida y vida en abundancia. El enemigo no desea que conozcamos esa clase de vida. Èl desea siempre tenernos bajo su yugo de engaño, tristeza y pecado. Satanás ha diseñado, con astucia, una serie de situaciones, acontecimientos y hechos para impedir que la vida abundante de Jesús se manifieste en nuestra vida. Usa personas, palabras, acontecimientos, noticias y cualquier otra cosa que se le ocurra, con el fin de mantenernos bajo su yugo de esclavitud.

Virus de inferioridad

Toda mi vida he luchado con ciertos complejos de inferioridad. El enemigo ha usado esto en mi contra, acusándome una y otra vez. En momentos, me ha hecho sentir que no sirvo ni siquiera para seguir viviendo.

Hubo un tiempo en mi vida donde sus mentiras y acusaciones me llevaron a vivir bajo un terrible yugo de depresión y soledad. Por fuera, todo el mundo veía a un Marcos sonriente, pero por dentro estaba sintiendo muchas emociones muy encontradas. Me sentía totalmente solo, a pesar de estar rodeado de muchísima gente.

A las actividades llegaban cada vez más personas, los conciertos eran cada vez más concurridos y por todos lados la gente me decía palabras de admiración y afecto.

Me preguntaba por qué me sentía tan mal por dentro si pareciera que mi vida era un sueño. A decir verdad, en muchísimas ocasiones sentí que el enemigo había convertido mi vida en una gran pesadilla. Ahora puedo entender que Satanás utilizó un hecho de mi niñez y adolescencia para introducir un “virus” que me afectó poderosamente.

Nunca me acostumbré a las burlas ni a los apodos que me pusieron. Me dolía profundamente y el enemigo empezó a usar esto para introducir un virus que cambió mi percepción acerca de mi mismo.

Empecé a pensar que no era especial. Comencé a creer las mentiras que me susurraba el enemigo diciéndome que no podía hacer nada bien. Me decía que lo único que sabía hacer bien era ser fracasada. Por años creí esta mentira. Esa mentira (un virus) cambió el programa original que Dios había escrito en mi disco duro. Tomó tanta fuerza en mi mente esa manera equivocada de pensar, que la realidad de la victoria se hacía cada vez más distante.

Años después, un virus que pensé haber erradicado de mi vida comenzó a mostrarse de nuevo, llevándome a pensamientos de tristeza, soledad y angustia. En esos años, el dolor se manifestaba de maneras distintas a cuando era niño, pero entendí que el origen del problema era el mismo. Tenía que hacer algo al respecto. Tenía que “reprogramar” el disco duro para que regresara a su estado original, como Dios lo había hecho.

En ocasiones el proceso de restaurar el disco duro no es algo sencillo ni fácil, sobre todo cuando hemos permitido que una gran cantidad de basura entrara en nuestro corazón y nuestra mente (“disco duro”). Habrá momentos en los que tendremos que tomar decisiones muy fuertes con respecto a restaurar el disco duro a su estado original.

Tendremos que enfrentar, confesar y abandonar pecados en nuestra vida. Tendremos que llenarnos de la Palabra. Tendremos que cambiar de manera de hablar, vivir y pensar. Satanás es muy astuto en enviar sus “paquetes” de virus. Lo que usa con más frecuencia para borrar los archivos de triunfo y victoria en nuestra mente es el rechazo.

Sabe que si logra hacernos pensar que no servimos para nada, no serviremos para nada. Sabe que como el hombre PIENSA en su corazón, así es él (Proverbios 23:7). Si puede lograr cambiar nuestra percepción acerca de quiénes somos, logrará afectar nuestro disco duro.

Entonces, él y su equipo de trabajadores se encargarán de mandar personas que nos menosprecien y rechacen, hablando mentiras acerca de nosotros, causando dolor en nuestro corazón y daño a nuestro pensamiento. En efecto, al permitir entrar ese dolor y al “abrir” ese archivo infectado, le damos una entrada a nuestro pensamiento para que cambie y mueva los archivos originales que Dios escribió en nuestro corazón.

El virus del temor

Otro paquete popular que le da muy buenos resultados es el temor. Él es el maestro del terror. Le fascina tener a las personas temerosas y espantadas. Le gusta cuando la gente tiene miedo de la noche, de las cucarachas, de los perros, del mañana o de cualquier otra cosa que los mantenga bajo su reinado de terror. La Biblia dice que Dios no nos ha dado un espíritu de temor (2 Timoteo 1:7), entonces el único que pudo habernos enviado ese espíritu es nuestro enemigo satanás.

El programa original contenía estas palabras: “amor, poder y dominio propio” (2 Timoteo 1:7). Sin embargo, hace mucho tiempo, quizá a través de un acontecimiento, un evento, algunas palabras o una vivencia desagradable, satanás se encargó de enviar un virus que cambió el programa original y ahora te encuentras viviendo en el temor, teniendo muchísimos deseos de salir de esa mentalidad. ¡Qué bueno! Porque vamos a salir.

El virus de condenación y culpabilidad

Otro virus muy popular que usa satanás para cambiar el programa original es la condenación y la culpabilidad. Esta es una de sus armas principales para mantenernos en derrota. La forma más común de entrar este virus es a través del pecado. ¡Oh, cómo el enemigo usa el pecado para atrapar y encarcelar a sus victimas!

El pecado lo mercadea como algo muy y aceptable. Lo pinta como un manjar delicioso. En aquella primera ocasión en la que entró el pecado al mundo, le dijo a Eva: “Mira lo que te estás perdiendo. Dios no quiere lo mejor para ti. Este pecado resolverá tus problemas y te hará tan brillante, inteligente y grande como es Dios mismo.”

La mordida que le dio Eva a esa fruta prohibida fue la acción requerida para cambiar el programa original. Una vez consumado el pecado, satanás se queda con la risa en la boca y el pecador se queda con el engaño, la vergüenza y la consecuencia de su error. ¿Cuántos hemos caído en el engaño del pecado y ahora nos preguntamos por qué nuestra mente y corazón no funcionan como es debido? Somos millones. Miles de millones que necesitamos regresar al programa original.

Necesitamos arrepentirnos del pecado y pedir que el Señor vuelva a recordarnos los principios y las verdades que nos llevarán a la victoria y al triunfo. En otras palabras, que nos devuelva el programa inicial. No pierdas de vista que su deseo original fue y sigue siendo nuestro triunfo.

Dios nos programó para triunfar.

Si nos pusiéramos a escribir todos los virus que tiene es diablo, no terminaríamos nunca. Existen, literalmente, millones de maneras que usa para cambiar los programas originales en nuestro corazón. Nunca se cansa de estar buscando nuevas formas de atacarnos y limitar nuestra eficiencia y triunfo.

Podríamos hablar de sus virus de mentira, desilusión, traición, engaño, abandono, ofensa, tristeza, soledad, enojo, codicia, enfermedad, calumnia, amargura, duda, lástima propia, odio, preocupación y muchos más que podríamos escribir. Satanás es el autor de la destrucción. La Biblia dice que él solo vino a matar, robar y destruir (Juan 10:10). No tiene ninguna otra agenda más que destruir tu disco duro, robarte las bendiciones que Dios preparó para ti antes de la fundación del mundo y de matarte.

Su deseo es que vivas como muerto. Que no tengas deseos, sueños, visiones ni ilusiones. Desea que andes como sonámbulo, de aquí para allá sin dirección ni rumbo. Dios, desde nuestra concepción, puso dentro de cada uno un sentido de propósito, de conquista, de triunfo. Por lo tanto, no deberíamos aceptar una vida de derrota y angustia cuando nos han PROGRAMADO PARA EL TRIUNFO. Nos hace falta conocer más a fondo el restaurador de discos duros. Dios ha escrito un antivirus poderoso que nos ayudará a mantener el programa original. ¿Cómo podemos restaurar todos esos archivos dañados?

El antivirus perfecto

Un virus es simplemente un programa diseñado para destruir otro programa. Por eso escriben otros programas para RESTAURAR el programa a su condición original.

Tomando este ejemplo de analogía, nuestra mente se escribió con un idioma y con archivos originales que garantizan una vida de triunfo y victoria. El programador original puso todo dentro de nosotros para lograr todas las cosas que Él planeó para nuestra vida. Sin embargo, pronto llegó el enemigo y comenzó a meter una gran cantidad de mentiras (virus) que borraron, removieron y destruyeron la funcionalidad del programa original. Por eso vivimos frustrados y esclavos a las mentiras de satanás. Hasta que descubrimos el Antivirus.

Una vez que conocemos el poderoso Antivirus que escribió Dios, somos capaces de comenzar a ordenar de nuevo nuestros pensamientos y a regresar al estado original de victoria que Dios desea para nosotros. Podríamos verlo de esta manera: Después que Dios escribió el programa original, nos dejó el manual de funcionamiento para sacar el mayor provecho posible a la computadora.

En el manual nos dejó las instrucciones para rescatar archivos dañados y restaurar programas destruidos por el enemigo puesto que el Señor sabía que tendríamos un enemigo que desearía nuestra destrucción y muerte. En el manual nos dejó instrucciones claras de cómo podemos vencer y restaurar el orden en nuestro pensamiento y corazón.

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