Para este día, no tengo flores ni altar.
No prenderé velas ni haré oraciones..., de hecho, no tengo muertos en la familia... tengo personas que se han ido, pero que siguen aquí, conmigo, en mi formación y en mis recuerdos.
No habrá inciensos ni calaveras... tan sólo festejos por haber conocido personas valiosas que se adelantaron con DIOS.
Para este día no tengo lágrimas, tengo agradecimientos..., no hay tristezas, sólo recuerdos...
Si algo yace en mis sepulcros familiares, son evidencias de quienes aún dan vida a mi vida con su legado y sus recuerdos.
No usaré este día para meditar sobre la muerte, sino que agradeceré la oportunidad de la vida... En mi casa todos son bienvenidos, y muy especialmente los recuerdos de las personas que ya no están físicamente conmigo pero siempre estarán en mi corazón.
Para este día de muertos no me disfrazaré, no adornaré la casa con motivos fúnebres...
Por el contrario, abriré mis cortinas para que la bendición del sol entre y acaricie mi vida.
Para este día de muertos no rezaré, sino que hablaré directamente con DIOS en una oración para pedirle por mis vivos, no por los que ya no están aquí conmigo, porque ellos seguramente ya están con él y le piden por mí.
Para este día y para el resto de mis días, pensaré en la muerte para valorar la vida...
Mi ofrenda será tratar de ser mejor, y mi incienso, una sonrisa sincera para quienes me rodean.
Para este día de muertos, abrazaré a aquellos que tienen muerta la esperanza, que han perdido la paz o que se les murió la fé, con la ilusión de ofrecerles parte de la mía.
Para este día, *tengo tantas gracias que dar*, un réquiem a mi tristeza y un epitafio en mi puerta que diga:
*"Aquí yace y vive una persona que no quiere morir en vida, sino agradecida con Dios por vivir plenamente "*
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