ALIENTO EN TIEMPOS DIFICILES

“Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré.”
(Salmo 91:2)
Todos alguna vez hemos pasado por alguna crisis, o varias, incluso es posible que hoy estemos en medio de ella, y si no ha ocurrido así aun ,sin duda que vendrá , más temprano que tarde. Entre las alternativas recomendables ante la crisis, tener en cuenta;
a) reconocer la crisis y enfrentarla sin temor; 
b) preguntarse ¿donde
volverse y buscar ayuda? ; 
c) convencido que inevitablemente no podrá eludir el escenario adverso, entrar en la crisis con la firme convicción que saldrá de ella, no siendo la misma persona como entró, sino que el dolor y la aflicción del momento de prueba, entregará su buen fruto a su tiempo y por ello es un motivo para salir fortalecido.
Cuando el cielo es de bronce sobre nosotros, cobra mucha importancia escoger bien donde buscar auxilio “Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo;”( Joel 2:32)
El autor del Salmo 91, en el verso 2, hace una triple invocación a Dios. Son tres “míos”; “ mi Dios”, “ castillo mío” “ esperanza mía” .
Revela intimidad, plena fe, aferrándose a la promesa que en Dios y solo Dios puede confiar. “ Diré yo;” no es solamente un pensamiento intelectual, ni siquiera un sobresalto en el viaje, sino una declaración fuerte y audible, un clamor alto, que confiesa fe y esperanza total en Dios. “vuestra fe y esperanza sean en Dios” ( 1 Pedro 1:21); “Mi esperanza está en ti.” (Salmo 39:7) ; Pues es esperanza al menesteroso..”; “es imposible que Dios mienta, tengamos un fortísimo consuelo los que hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros.”(Hebreos 6:18).
La condición actual del mundo nos está llevando a una espiral de injusticia que hace estallar las pasiones humanas en un clamor rabiosoe irracional de querer echarlo todo abajo, y cambiarlo todo según sea la manera de pensar de cada uno. Es fácil confundirse con tanta presión y comunicación cruzada y unirse a las voces de murmuración y quejas, reclamando respuestas inmediatas a lo largo y ancho de la
tierra. Como hijos de Dios nuestro clamor deber ser hacia arriba “Él está sentado sobre el circulo de la tierra”( Isaías 40:20).
Por medio de la fe en la palabra y la oración voluntariosa, somos invitados a confiar en Dios, hasta tener una experiencia salvífica de “..Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,” (Colosenses 1:28). La crisis tiene solución, no será para siempre,” así como llega, así también pasará”, lo importante es no renunciar nunca al foco de nuestra fe.
Para describir nuestra relación con quienes nos rodean decimos naturalmente;”Mi padre”, “Mi madre”, “Mi esposa, esposo”, “Mi hijo, hija”, “Mi pastor”, “Mi perro, gato”, y así sucesivamente. Eso está bien, indica pertenencia de mucho valor para nosotros. ¿Porque no decir también nosotros esta vez; “ Mi Dios”, “Mi Señor “ ,” Mi rey” ,”Mi Salvador”, “Mi Padre que está en los cielos…”?
Por eso elevemos nuevamente nuestra voz junto al salmista : “..oh Jehová, fortaleza mía. Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.” (Salmo 18:2).
Los “míos “y las “mías” de mi Dios son para mí y para ti, para los míos y para los tuyos, por la fe en Jesucristo , la Esperanza de los siglos.

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