MINISTRANDO ESPERANZA EN LA CUNA DE LA CULTURA

La capital griega concibió a los primeros pensadores, matemáticos y dramaturgos que establecerían los principios para el estudio de las ciencias; sin embargo, la ciudad dejó atrás aquella época de gloria.
Ya desaparecieron las aglomeraciones provocadas por los discursos de sus filósofos y hoy, quienes inundan sus calles son cientos de indigentes con problemas mentales.
Pero un ministerio brasileño está trayendo esperanza a esas almas perdidas.
Los años gloriosos de Atenas, capital de Grecia, han quedado atrás. Actualmente es una pequeña ciudad moderna orgullosa de su pasado pero enfocada en su futuro. A su entrada en la Comunidad Europea en 1981, Grecia enfrentó el reto de volver a ser una capital de primer mundo, para resolver sus diferentes problemas sociales.
Uno de los más latentes, es el alto número de indigentes que deambulan por las calles de esta capital. Por ello, el Gobierno ha permitido a diversas instituciones internacionales establecer centros de ayuda a éste sector de la población.
Ayuda a necesitados
Para el misionero y pastor brasileño Valdenor Oliveira y su familia, radicados en Atenas por 8 años, ésta fue la razón principal para iniciar el Centro Cristiano Bernabé, un lugar de ayuda al indigente.
“El Centro Cristiano Bernabé, es un ministerio con personas de calle… venimos a Grecia para evangelizar griegos primero; los años pasaban pero nadie se acercaba…. Yo decía que voy a hacer”, comento el pastor brasileño.
Situado en el lugar más temido del centro de Atenas, Valdenor no era bienvenido por sus vecinos griegos, pues el centro Bernabé solo atraía gente sucia y enferma.
“Un día yo preguntaba al Señor: yo pedí griegos me traes mendigos, personas oliendo mal. Y el Señor me habló y me dijo, estas son ovejas sin pastor, y vaS a ser el pastor de ellos. Entonces yo empecé a amarlos y verlos como ovejas necesitados de un trato, de un cuidado”, comentó Valdenor.
A los pocos meses, lo que debía ser la iglesia, se convirtió en un nuevo ministerio, “nos tocó orar y abrir otro local en el mismo predio, y quedo la iglesia en el primer piso, y en el segundo piso, el centro cristiano Bernabé.”
Para Valdenor el nombre Bernabé es sumamente importante para este ministerio
“Este hombre era griego, muy bueno, ayudaba a los pobres, es un nombre muy estratégico porque a los griegos les gusta mucho los santos y si digo Centro Bernabé la gente queda orgulloso. El griego es muy parecido con los latinos, son más calurosos, más íntimos y les gustan los latinoamericanos mucho.”
Cada tercer día, la familia Oliveira y miembros de la iglesia, preparan el almuerzo para decenas de personas que semana a semana regresan para recibir amor, servicios de peluquería, cuidados médicos y pan espiritual a través de películas o predicaciones del pastor.
La esposa del pastor, comenta que “Esta es una obra de fe porque… el Señor ha suplido la necesidad para los almuerzos, todo lo que usted ve para esta obra, el Señor la ha bendecido.”
El trabajo y dedicación de este centro cristiano ha cambiado la vida de cientos de personas en Atenas. Tal el es caso de Nicos Sajarof, un prolífero hombre de negocios que después de sufrir la bancarrota, terminó demente y abandonado en la calle.
Nicos dice “conocí al pastor Valdenor durante mi desequilibrio emocional. Llegué aquí por la comida y la ayuda que me brindaron. Poco a poco fui sintiendo el amor de esta gente y a su Dios, y eso me retuvo aquí. Ahora estoy conociendo a Jesús como mi salvador y trato de seguirlo y compartir con otros hombres de la calle lo que yo encontrar aquí.”
A pesar de la reconocida labor del Centro Cristiano Bernabé, las leyes griegas en materia de visado preocupan constantemente a la familia Oliveira.
Valdenor dice que “Grecia no tenía una política de visados con la ingresión con Europa le tocó hacer algo. Hace algo y cambia, ellos mismos no saben cómo hacer, entonces en eso, estamos sin visado sin papeles sin nada.”
A pesar de la situación legal de la familia, Valdenor y su quipo continúan semana a semana la labor poco reconocida de brindar amor y esperanza a aquellos que el Evangelio de Jesucristo ya está transformando.
“Lo mejor de todo esto es que en 8 años en Grecia no hemos tenido ningún problema, vivo tranquilo, voy a estar en Grecia cuantos años quiera el Señor y no voy a dejar el trabajo del Señor”, dice el pastor.
Tras varios intentos de la familia Oliveira por regularizar su situación, sus visas fueron negadas. Pero antes de trasladarse a los Estados Unidos, el ministerio fue entregado en manos de la iglesia local para continuar la labor iniciada por esta familia brasileña.

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