UN PACTO DE PROTECCIÓN

En Génesis 12-14, vemos que Abraham acepta el llamado de Dios en su vida y toma la crucial decisión de salir de casa de su padre y de su parentela, si saber a dónde.  Y el primer lugar por el que pasa es Egipto. 

Cuando Abraham llega a Egipto con su esposa Sarah, quien era muy bonita, le preguntan quién era, y le da miedo a Abraham y miente diciendo que es su hermana.  Abraham, por miedo, claudica al pacto que tenía con su esposa, negándola y entregándola.  Es Dios quien tiene que intervenir y detener a Faraón, haciéndole saber la verdad, para que no se quede con Sarah.  Es Dios quien tiene que ratificar, confirmar y mantener el pacto de Abraham y Sarah, para mantenerlos juntos; porque el momento de crisis, el momento de presión económica, lleva a Abraham a tomar una mala decisión con una relación de pacto.
Cuando salimos hacia lo que Dios tiene para nosotros, es un camino incierto.  Sabemos que vamos para un lugar, pero no sabemos para dónde vamos.  Sabemos que vamos para un sitio, porque Dios nos lo ha prometido.  No hubiéramos salido, de no haber tenido la certeza de que Dios nos va a llevar a un nuevo lugar; pero la primera tentación que llega a tu vida es la de romper con todas tus relaciones de pacto. 
No podemos vivir en tiempo de crisis, sin saber quiénes somos.  Si no estamos claros en quiénes somos, cedemos ante cualquier tentación, ante cualquier oferta.  
Cada vez que Dios te promete un nuevo negocio, una nueva oportunidad, y tú comienzas a caminar hacia esa nueva oportunidad, tentaciones comienzan a llegar, en medio de tu camino, para que tú rompas las relaciones de pacto que ya tú tienes en este momento.  Es por esta razón que, mientras más caminamos al destino de Dios para nuestras vidas, más firmes tenemos que tener a nuestra familia, a nuestro cónyuge, a nuestros hijos, a aquellos con los cuales tenemos una relación de pacto porque, en cualquier momento, se nos pondrá la presión para que cedamos a entregar a aquellos con los cuales nosotros tenemos pacto.  Y es triste que, en medio de las crisis económicas, le hagamos pasar a nuestra familia por ciertas cosas, simplemente por pensar que ellos tienen que soportarnos comoquiera.
Es triste que demos por sentado a nuestra pareja, a nuestros familiares.  Es triste porque pensamos que ellos tienen que entendernos, que tienen que entender lo que estamos pasando, lo que está ocurriendo en nuestras vidas; y esto es algo que puede destruir la vida de una persona para siempre. Cuando tú comienzas a caminar hacia el destino de Dios para tu vida, de nada te sirve salir con tu cónyuge y con tus hijos, y llegar sin ellos.
Cuando Lot se separó de Abraham, se metió en Sodoma y, al salir de allí, salió sin su esposa; porque es imposible acercarte al pecado, y que las relaciones permanezcan intactas.  Cuando Lot salió de Sodoma, sus hijas estaban pervertidas, y su esposa se convierte en una estatua de sal.  Lot expuso a su familia a algo a lo que no debió haberla expuesto.  Prefirió los campos lindos, verdes, cerca de Sodoma, antes que cuidar y proteger a su familia.
No tomes decisiones sin cuidar de tus hijos, sin cuidar quién va a influenciar a tus hijos o a tu pareja.  No aceptes trabajos, compromisos, sin tener en cuenta que pudieras estar poniendo en peligro a aquellos que realmente Dios mandó que sacaras contigo.  Dios no mandó a Lot a salir con Abraham, pero sí mandó a Sarah a salir con Abraham.  El problema es que, cuando estamos en esa transición, tendemos a entregar a aquellos con los cuales debemos tener compromiso.  Pero lo grande es que, como Dios tenía una grande promesa para Abraham, protegió a Sara, haciéndola estéril, porque Dios no iba a permitir que la mujer de la promesa se embarazara de Faraón y tuviera un hijo de él.  La mujer de la promesa no cargaría un hijo de Egipto, y Abraham no tendría que mantener un hijo de Egipto, de Faraón. 
Declara la palabra sobre tu familia, en estos tiempos de crisis. Declara que Dios protege los tuyos, que Dios le va a decir a la gente en la calle, como le dijo a Faraón: No los toques, porque tienen un pacto conmigo.
A pesar de tus errores, el Dios Todopoderoso tiene la autoridad para cuidar de los tuyos, para guardarles dondequiera que se encuentren.  Hoy Dios comienza a proteger a tu familia, a cuidar de los tuyos y pronto verás que te serán devueltos, sanos y salvos, en el nombre de Jesús.

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