UNCIÓN QUE PUDRE EL YUGO

A través de toda la Biblia, vemos diferentes clases de pobreza.  Una de ellas es la pobreza causada por la guerra.  1 Samuel 30, nos dice que, cuando David regresó de la guerra, encontró destrucción.  

Es imposible que haya una guerra y no haya pobreza. 


La pobreza viene, también, por causas naturales como huracanes, avalanchas de nieve, sequías, el exceso de calor que causa que cientos de acres de terreno se enciendan en fuego, etc.  Esto ha pasado a través de toda la historia.  En Génesis 26, por ejemplo, se nos hace referencia a una segunda hambre que hubo en el tiempo de Isaac, después de la primera hambre que hubo en el tiempo de Abraham. 


Está, además, la pobreza por causa de gobiernos corruptos.  En las noticias, hoy día, vemos cómo hay gobiernos que han empobrecido a su propia gente.  Esta pobreza llega por la opresión física, mental y espiritual de una persona.  Esto sucede cuando hay alguien o hay un pensamiento que te oprime y te mantiene encerrado y no te permite adorar ni alabar a Dios.


Muchos se encuentran en problemas financieros, sobrecargados, y no pueden ni adorar.  La biblia dice, en el libro de Éxodo, que el nuevo Faraón se olvidó de José y comenzó a dar duras cargas al pueblo.  Todo esto lo hacía para que no adoraran a Dios.  La meta de Faraón no era matar al pueblo de Israel; si los mataba, no podría seguir construyendo en Egipto.  

El opresor lo que hace es que te martiriza lo suficiente para esclavizarte y que operes en el nivel en que estás.  El que te esclaviza no quiere matarte, sino que quiere tener suficiente control sobre ti, para usarte a su beneficio y que no hagas lo que Dios quiere que hagas, impidiendo así que alcances lo que Dios tiene para ti. 


¿Cuántas cosas en el día de hoy oprimen tu mente y te privan de lo que Dios tiene para ti?  Puede ser que tengas todo lo básico: Salud, casa, carro, trabajo, pero la pregunta es: Cuando te acuestas a dormir, ¿eres libre para soñar y ver el futuro lleno de victoria y bendición que Dios tiene para ti? 


La peor pobreza es cuando la persona está oprimida por un sistema, por algo o por alguien, y piensa que su vida nunca saldrá de esa situación.  Pero gloria a Dios que, en medio de la pobreza del corazón, él levanta un Moisés en nuestras vidas, alguien que nos muestra el camino para salir de esa opresión que nos tortura, alguien que nos lleva al lugar de abundancia que Dios tiene para cada uno de nosotros.


¿Cómo sabemos que hay alguien oprimido?  Por el poco deseo de adorar a Dios.  ¿Cuál es la pobreza más grande que puede experimentar una persona?  El poco deseo de buscar y adorar a Dios por las cargas en su vida. 


No permitas que nada ni nadie te oprima, quitando el deseo de adorar a Dios.  No vivas una vida de pobreza basada en la opresión.


Dice la palabra que el yugo se pudre por la unción.  Las buenas nuevas del evangelio han llegado a tu vida.  No estarás más esclavizado.  Ha llegado tu tiempo de libertad, ha llegado tu tiempo de poder.  Adora a Dios con libertad.  Marcha hacia lo que Dios tiene para tu vida, hacia lo que Dios tiene preparado para ti y los tuyos.  Vienen nuevos tiempos.

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