1. "HAMAS" es un acrónimo palestino para el Harakat Al-Muqawama Al-Islamiya, o "Movimiento de Resistencia Islámica", aunque también suena a una palabra árabe que significa "celo" (de celoso), y a una palabra hebrea bíblica...
2. La palabra "hamás" aparece en Génesis 6:11, y dice que en los días de Noé "Dios vio que la tierra estaba corrompida y llena de hamás [violencia]." Así es, "hamás" es la palabra hebrea para dar la idea de "maldad violenta", o simplemente "violencia", y a veces se la traduce en Jeremías como "poseído": "El mundo entero fue poseído por un espíritu de hamás", refiriéndose a una posesión demoníaca global de violencia...
3. La posesión demoníaca es justo lo opuesto a estar lleno del Espíritu de Dios. Hamás es un espíritu: el espíritu demoníaco de violencia del Anticristo, y está intencionalmente motivado a destruir el llamado "Pacto abrahámico" mediante la orden de "toma posesión de la tierra y su linaje y corrige en su mente quién es el verdadero Dios". Les aseguro que Hamás es un espíritu demoníaco que ha estado activo desde los tiempos de Noé...
4. ¿Y qué hizo Dios con todos aquellos que tenían el espíritu de Hamás en los tiempos de Noé? Inundó la tierra y los destruyó. El espíritu de Hamás que poseía a toda la gente les causó que fueran destruidos, y los únicos que sobrevivieron y pudieron seguir con su vida, al menos no estaban llenos del espíritu de Hamás...
5. "Hamás" es una palabra que es usada para hacer referencia a los caldeos y los babilonios en Jeremías 31, los siquenitas de Jeremías 9, y a los egipcios de Joel 3. La gente no sólo estaba llena del espíritu de Hamás en los días de Noé, también lo estuvieron durante los imperios caldeo, babilónico, siquenita y egipcio.
6. El punto es este: la gente nacía y moría, pero el espíritu de Hamás siempre se quedaba. El espíritu de Hamás siempre actúa en-y-a-través-de las naciones, sus gobernantes y la gente, para lograr la posesión de la tierra, la aniquilación del linaje y la destrucción de los planes de Dios.
7. Hamás parece ser un espíritu demoníaco guerrero poderoso, y cuando lo vemos celebrado a nivel global, debemos reconocer que eso es un acto de adoración y de beligerancia espiritual...
8. Si nos regresamos en la historia bíblica, resulta que Abraham, Sara, Agar, Isaac e Ismael están viviendo un conflicto doméstico muy fuerte. Abraham es el padre de los dos hijos, pero solo un pacto se puede establecer. ¿Cuál hijo deberá heredar la promesa del pacto? Hay conflicto ente las dos mujeres madres, y entre los hijos varones. Sara decide deshacerse de Agar echándola de la casa. El argumento de Sara es este: "Entonces Sarai dijo a Abram: Mi afrenta [ha-más] sea sobre ti; yo te di mi sierva por mujer, y viéndose encinta, me mira con desprecio; juzgue Jehová entre tú y yo" (Génesis 16:5).
9. No olvidemos que aunque fue Sara quien invitó a Agar la egipcia a entrar a la casa y ser la concubina y madre del hijo que sería putativo a Sara, ahora le dice a su marido "necesitamos echarla". Piensenlo bien, ¿qué hacemos con un demonio? Lo echamos fuera. Sara fue con su marido y le dijo "¡saquemos a esa mujer, que sólo ha traído el espíritu de hamás a nuestro hogar!" El espíritu de Hamás entró con Agar, pues es un espíritu demoníaco...
10. El espíritu de Hamás que estuvo en los días de Noé entró en la casa de Abraham cuando Agar fue invitada por la misma esposa a ENTRAR AL HOGAR como mujer concubina de Abraham. Así, el conflicto en realidad se dio entre el Espíritu Santo y el espíritu demoníaco de Hamás, de modo que Abraham tuvo que hacer una elección: ¿quién se quedaría en su casa?, ¿el espíritu de Hamás o el Espíritu de Dios? Eligió al Espíritu de su Dios y a su esposa Sara y a su hijo Isaac, y echó fuera, como a un demonio, al espíritu de Hamás, a su concubina Agar y a su hijo Ismael...
11. Esta es una revelación muy profunda. Y la Biblia no solo nos dice lo qué sucedió entonces, sino lo que sucede ahora. Por eso se dice que no sólo vemos la Biblia, sino que vemos a través de ella para dar sentido a lo que estamos viviendo actualmente en este mundo. La batalla que se libró en aquel entonces en la casa de Abraham, es la misma batalla que se está librando el día de hoy en la tierra de Abraham: el espíritu de Hamás contra el Espíritu Santo de YHWH. Y ambos no pueden coexistir.
"Por una fe inteligente..."
Armando H. Toledo, para La Ucli
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