NO TE CONFUNDAS

La fe significa creer, pero la pregunta es "que es eso que debemos de creer?", normalmente las personas tienen la idea que el creer que Dios hará algo es tener fe, la pregunta es que es eso que creemos que hará?, pues tenemos que diferenciar entre lo que queremos que haga y lo que sabemos que hará, ya que son conceptos muy distintos. 

La fe tiene que ver con el creer en la palabra y con el esperar que todo lo que en ella esta escrito se cumplirá, si no conocemos la palabra y no sabemos que es lo que Dios ha escrito acerca de lo que quiere hacer en nosotros, difícilmente podremos decir que tenemos fe, por mucho trabajo que nos cueste creer lo que le digo, ya que a nadie nos gusta enterarnos que nos hemos engañado acerca de tener fe todo este tiempo. 

 esto se lo comento, pues he visto a muchas personas frustradas en el ejercicio de su fe, ya que pretenden que el anhelar algo con muchas ganas les sea tomado por fe y por tanto Dios conceda su petición, siendo que las cosas están muy lejos de funcionar de esa manera, ya que nada a lo que nos aferremos es algo que refleje al Dios de la Biblia, ni al Reino al que pertenecemos. Dios es fiel a su palabra y por mientras nos mantengamos en ella, su mano (la de Dios) y su favor se mantendrán en nuestra vida, ya que curiosamente, la palabra es tan basta que hay siempre una respuesta en ella para cada situación de nuestra vida. Lo peor que podemos hacer en la vida es hacer algo pensando en que es bueno y que Dios nos respalda sin haber consultado a Dios acerca de ello, he visto a muchas personas decir "decláralo por fe" a muchas otras decir "yo tengo mucha fe en que Dios me va a dar esto o aquello", y a un montón más decir "pídeselo a Dios", siendo que las promesas de la Biblia nos ofrecen abundantemente mas de lo que pudiéramos pedir y a veces solo nos quedamos cortos con nuestros anhelos y peticiones limitados de acuerdo a nuestra mente terrenal y limitada. 

La fe tiene que ver con el espíritu, cuando leemos la palabra nuestro espíritu reconoce lo que es suyo y de acuerdo a su naturaleza, es decir, es como si de repente se encontrara en casa y reconociera todo lo que le es familiar, de modo que nos podemos comportar como herederos, pues por medio de la palabra y el Espíritu de Dios tenemos acceso a esa herencia que podemos reclamar aquello que fue dispuesto para nosotros y que gobernemos como fue dispuesto. La cita de hoy habla de algunas personas que decían tener fe y realmente solo imitaban a otros que hacían prodigios en el nombre de Jesús, si conocer verdaderamente quien es Dios y pensando que su fe o lo que ellos entendían por fe les daría poder para enfrentar demonios y situaciones difíciles, pero oh sorpresa!, cuando se dieron cuenta que no es solo decir las cosas, sino llevar el respaldo de Dios para hacer lo que pretendían, ya que la fe nos da identidad en Cristo, no nos hace conocidos ni famosos a nosotros y por tanto los demonios les desconocieron. 

Esto mismo nos pasa cuando confundimos el orar con el pedir, ya que pedimos sin la certeza de recibir y pedimos cosas que no sabemos si se alinean con la voluntad de Dios, por lo cual aun lo natural y lo sobrenatural nos desconocen y nada de lo que pedimos nos es dado, simplemente por no funcionar como el Reino de los Cielos funciona. Por tanto, y tal como lo dice la Biblia (Hebreos 11:1), la fe es la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve, pero eso que se espera y eso que no se ve, no es otra cosa que el cumplimiento de la palabra de Dios, si no la conoce, tiene una gran deficiencia en su fe.

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