¡Para el Cuerpo de Cristo, nunca ha habido un tiempo tan crucial para
que despertemos y expulsemos las serpientes de nuestra casa! No voy a
enfatizar demasiado el trabajo del diablo. Pero incluso Jesús nos
advirtió que el diablo viene para hurtar, matar y destruir (Juan 10:10).
Él le llamó al diablo asesino y padre de mentira (Juan 8:44). En el
libro de Apocalipsis, Juan lo llamó una serpiente antigua que engaña a
todo el mundo (Apocalipsis 12:9).
Nosotros tenemos un enemigo muy
real, y primero apareció en el Huerto de Edén en forma de serpiente.
¿Por serpiente? Tal como las serpientes difieren en su manera de cazar y
destruir a sus presas, los espíritus malignos tienen diferentes
características y distintas maneras de operar. Hay serpientes que son
más venenosas que otras, tal como hay espíritus demoníacos que son más
poderosos que otros. Algunas serpientes matan mordiendo a sus víctimas e
inyectando un veneno mortal con sus colmillos.
Pero hay una
serpiente que destruye su presa en una manera diferente y única. La
pitón es una serpiente que espera pacientemente a su presa y ataca en el
momento oportuno. Hunde sus afilados dientes profundamente en su
víctima, pero su mordida no es fatal. Lo que sucede después es lo que
destruye a la presa de la pitón.
Una pitón está detrás de una
cosa: el aliento. Se enreda lentamente alrededor de su víctima y
comienza a exprimirle la vida poco a poco, y su apretón se hace cada vez
más fuerte, ahorca y sofoca a su víctima hasta que todo el aire es
eliminado de sus pulmones.
Usted puede preguntarse por qué pienso
que es tan importante que el objetivo de la pitón sea sofocar el aliento
de su víctima. Permítame explicarle. El aliento, el aire y el viento
son símbolos del Espíritu Santo en la Escritura. Por ejemplo, en Juan
20:22, Jesús sopló sobre sus discípulos y dijo: “Recibid el Espíritu
Santo”. En Hechos 2, el Espíritu Santo descendió como un viento recio
poderoso; en Génesis, Dios sopló aliento de vida en Adán, y él se
convirtió en un alma viviente. Dios sopló aliento en el hombre.
Adivine
quién está intentando ahorcar y sofocar nuestra vida. Satanás está
detrás de una cosa; como una pitón, está intentando extraer el aliento
del Espíritu Santo y su unción de nuestra vida. Tal como una pitón
detesta el aliento de su presa y hará todo lo que pueda para eliminarlo,
Satanás desea exprimir la vida del Espíritu Santo en nuestra iglesia y
nuestra vida personal.
Él desea ese aliento de vida que solamente
viene a través de la presencia del Espíritu Santo. Sin el poder y la
unción del Espíritu Santo, no podemos hacer nada que perdure. Su Palabra
nos dice que no es por fuerza ni poder, sino por su Espíritu (Zacarías
4:6).
¿Usted siente como si estuviera perdiendo su pasión por el
Señor, por la Palabra, por la oración y por la alabanza? No le reste
importancia como si fuera solo un bajón espiritual. Comprenda que es la
táctica de pitón del enemigo. ¿Está enfrentando batalla tras batalla,
problema tras problema en su casa, su matrimonio, su familia, sus
finanzas o su empleo? Comience a reconocerlo como la obra de la pitón.
La buena noticia es que usted tiene el poder para vencerlo.
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