Cuando los
discípulos comenzaron a orar, luego de haber sido liberados tras pasar una
noche encarcelados por predicar el evangelio, aquel lugar fue lleno del
Espíritu Santo, de manera tal que el lugar tembló.
Cuando algo se
estremece, la mayoría de nosotros quiere salir corriendo. Si se está moviendo
el piso debajo de nosotros, si se nos está derrumbando la casa encima con
tantas situaciones, queremos salir corriendo. Pero, cuando en la palabra de
Dios hay un temblor, es porque la manifestación de Dios está a punto de
suceder.
Cuando hay
estremecimiento en tu vida, es porque Dios va a hacer algo grande.
Cuando tu mundo
se estremece es porque ha comenzado la manifestación de la bendición de Dios
sobre tu vida. No asocies el estremecimiento con problemas. No asocies el
estremecimiento con que algo malo vaya a suceder. El estremecimiento lo que
tiene que traer es confianza de saber que Dios está en el asunto, porque lo
único que puede mover tu vida es el poder de Dios obrando a favor tuyo.
Cuando el mundo
se está moviendo alrededor de nosotros, cuando el piso se está moviendo debajo
de nosotros, no es porque nos vayamos a caer o que nuestro mundo se vaya a
derrumbar o que nuestra vida se acaba, sino porque Dios ha comenzado a moverse a
favor nuestro.
Cuando leemos
Hageo, nos damos cuenta que el temblor no es señal de temor, sino que es señal
de que la casa está llena de su gloria. Pensamos que el temblor derrumba, pero
el temblor no derrumba sino que acomoda, pone las cosas en su lugar, nos enseña
que nuestra vida está llena de la gloria de Dios.
Tienes que
aprender a orar con la seguridad de que tú estás esperando que se estremezcan
las cosas en tu mundo porque, cuando se estremece tu mundo, es porque Dios está
haciendo algo. Y, mientras te mantengas orando para que Dios saque los
problemas de delante de ti, no serás aprobado, no habrás pasado las
experiencias que tienes que pasar para llegar al nivel al que Dios te quiere
llevar.
Dentro de ti
tiene que construirse la resistencia suficiente para pasar a un nuevo nivel.
La biblia no
dice que ores para que el diablo se vaya, sino que dice: Resistid al diablo y
huirá de vosotros. Mientras estés orando para que se vayan los problemas, el
problema se irá, y delante de ti estará el próximo, porque no has construido la
resistencia suficiente para pasar al próximo nivel. Pero, cuando dentro de ti
se crea la resistencia suficiente, el enemigo huye de ti.
Hay situaciones
que nunca más vas a tener que pasar porque ya tú las pasaste una vez, y las
resististe, y ya el enemigo sabe que, en esa área, no te puede tocar.
Tú decides si
sigues llevando una vida de oraciones de “Señor, saca” “Señor, quita” “Señor,
elimina” “Señor, remueve” o si desarrollas dentro de ti el denuedo que te ayude
a resistir en tu matrimonio, que te ayude a resistir en ese negocio, que te
ayude a enseñar bien a tus hijos, a levantar bien tu ministerio, a poner tus
pies en el lugar correcto, con la palabra correcta, con la confianza de que,
cuando se estremece tu mundo no es porque cosas malas estén pasando, sino
porque Dios está obrando a tu favor.