En uso de las facultades que me confiere El Señor de las multitudes promulgo el siguiente Decreto:
- Derríbese toda fortaleza en la mente de mis hijos, impregnada con pensamientos y sentimientos negativos.
- Derríbese todo problema emocional que quiera cercarme a mi o a mi familia.
- Erradíquese de mi vida y la de mi familia todo sentimiento de depresión, desesperanza, baja autoestima, ideas suicidas, temor, angustia, miedo, tristeza e inseguridad, odio, envidia, rencor, acciones de intriga, mala fe y chisme.
- Protéjase y Cúbrase a la niñez y adolescencia de los hispanos de todo abuso sexual, emocional, económico y psicológico.
- Anúlese en mi familia todo espíritu de maltrato, inseguridad, violencia, trabajo forzado, enfermedad, división, pereza, tristeza, y desobediencia.
- Deróguese todo decreto de muerte, toda sentencia de enfermedad, plagas, pestes y cualquier inmoralidad que se ha dictado sobre nuestros hijos.
- Establézcase que los niños, niñas y adolescentes son gente de Reino, respetuosos de la Ley, y amantes de los principios bíblicos y los valores cristianos.
- Establézcase a la familia en el primer lugar, donde inicia un fluir de comunicación entre padres e hijos que permitirá el entendimiento entre todos y el fortalecimiento de la misma.
- Anúlese todo espíritu de mediocridad de la mente de nuestros niños y adolescentes; llamamos a un tiempo de cambio en la mente de la niñez y la adolescencia hispana.
- Establézcase que inicia un nuevo tiempo donde se implanta en cada niño y adolescente de nuestra iglesia, semillas de sabiduría, inteligencia, ciencia, habilidades y creatividad.
- Establézcase un futuro seguro, impregnado de amor, confianza, alegría, un tiempo donde el fluir de tu Espíritu sea derramado sobre las vidas de todos los niños, niñas y adolescentes de nuestra iglesia y se instaure tu paz en ellos.
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