EN LA sociedad actual hay muchas personas
Pero vivir sin compañía no es forzosamente negativo. Hay quienes pasan mucho tiempo así y no obstante disfrutan de lo que hacen. Otros, en cambio, no lo soportan. Examinemos varias definiciones delDiccionario Salamanca de la lengua española. He aquí el significado de soledad: “Tristeza que se siente por la ausencia, muerte o pérdida de una persona o cosa [...]. Ausencia voluntaria o involuntaria de compañía”. (Así pues, esta condición a veces se elige, y no siempre incomoda.) El término solotambién posee un sentido neutro: “Que no tiene compañía”, y otro negativo: “Que no tiene familia ni amigos, nadie que le ayude, proteja o consuele”. (Tal estado es angustioso y conviene remediarlo.) Así mismo, solitario es el que “gusta de estar en soledad o [el] que vive en soledad”.
Los cambios, como ir a una nueva escuela o perder el cónyuge, suelen ocasionar soledad
La soledad indeseada suscita intensas emociones
A cada uno nos afectan de distinta manera los problemas y demás situaciones conflictivas. Por ejemplo, pudiéramos percibir que se nos rechaza por nuestra apariencia, raza o religión. O si nos mudamos a un nuevo entorno
El matrimonio no es un antídoto infalible contra la soledad, ya que la incomprensión mutua o la incompatibilidad de caracteres crean tensiones que fomentan la inseguridad e incluso el aislamiento, sea en el caso de los esposos o los hijos. Pero además de la tristeza que produce la viudez, el divorcio o el aislamiento físico o emocional, hay otra soledad que puede ser muy negativa: la sensación de estar apartado de Dios por haberse enfriado la relación personal con él.
Cómo encaran la soledad
Aunque a Elena* le gusta estar sola cuando va a tomar ciertas decisiones, opina que la soledad a veces encierra peligro. De pequeña no tenía buena comunicación con su familia. Dado que no sabía cómo obtener su atención, se encerraba en su cuarto. “Me encontraba muy deprimida
”Encontré en la Biblia palabras alentadoras, como las de Isaías 41:10: ‘No tengas miedo, porque estoy contigo. No mires por todos lados, porque soy tu Dios. Yo ciertamente te fortificaré. Yo [...] verdaderamente te ayudaré. Sí, [...] te mantendré firmemente asido con mi diestra de justicia’. Este pasaje me animó mucho porque me sentía sola y sin padre. Hoy leo la Biblia regularmente y hablo con mi Padre celestial. He aprendido a vencer la soledad.”
¿Cómo se afronta la soledad?
La tristeza por la muerte de un ser querido puede convertirse en soledad. Luisa, de 16 años, relata su difícil situación: “Mi padre falleció en circunstancias trágicas cuando yo tenía cinco años. Aunque recurrí a mi abuela en busca de consuelo, nunca percibí que me amara. Me faltó el cariño en la infancia, cuando más lo necesitaba. Así que, cuando tenía entre ocho y nueve años de edad, traté de quitarme la vida en tres ocasiones, convencida de que sería lo mejor para mi familia, ya que mi madre se las arreglaba a duras penas para alimentarnos a mis tres hermanas y a mí. He cambiado mucho. Ahora logro sonreír y sé expresarle a mi madre mis alegrías y tristezas. A veces me atacan los recuerdos, pero no como cuando intentaba suicidarme o dejaba de hablar a mis seres queridos. Tengo siempre presentes las palabras del salmista David: ‘Por amor a mis hermanos y mis compañeros ciertamente hablaré ahora: “Haya paz dentro de ti”’” (Salmo 122:8).
Marta lleva divorciada veintidós años, durante los cuales ha criado a un hijo. “Cuando creo que he fallado en algo
Sea usted joven o mayor, soltero o casado, y sin importar si ha perdido a sus padres o a algún otro ser querido, o si sufre de un tipo distinto de soledad, existen formas de controlar sus sentimientos. A Jocabed, de 18 años, la abandonó su padre
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