La manera de reaccionar ante una situación relacionada con la sexualidad, ya sea que se maneje directamente o se ignore, envía un mensaje que puede ayudar o hacer más difícil el desarrollo sexual de un niño o una niña.
Al considerar estas oportunidades como “oportunidades para enseñar”, en las que se transmiten mensajes positivos y valores sobre la sexualidad, los padres pueden cimentar las bases para que
sus hijos sean sexualmente sanos. Esto también ayuda a qu
e sus hijos/as sepan que usted está dispuesto a hablar con ellos acerca de la sexualidad.
Nunca es demasiado tarde para hablar con sus hijos/as sobre sexualidad. Casi todas las personas, también los niños y niñas, coinciden que los padres deben ser los educadores principales de sus hijos/as respecto a la sexualidad.
Sin embargo, los datos muestran que la mayoría de los padres han omitido su responsabilidad. En su lugar, suelen ser los compañeros y los
medios de comunicación las fuentes principales de información sobre sexualidad para los niños.
Así pues, es importante tener en cuenta que:
1. La EDUCACION SEXUAL debe hacerse desde la familia.
2. Hacemos educación sexual continuamente, aunque no seamos consciente de ello. Educamos a nuestros hijos a través de nuestros pudores, nuestras caricias, nuestros silencios u opiniones.
3. Una educación sexual de calidad debe dirigirse a que nuestros hijos e hijas aprendan a conocerse, aceptarse y a expresar su sexualidad de modo que sean felices.
4. Hay que educar siempre desde lo positivo y no de lo negativo, fomentando la autoestima del niño/a.
5. Trate de encontrar “oportunidades para enseñar”. Utilice programas de televisión, libros, tareas escolares, etc.
6. No espere a que su hijo o hija le hagan preguntas a usted; muchos niños nunca preguntan. Usted necesita decidir lo que a usted le
Así pues, es importante tener en cuenta que:
1. La EDUCACION SEXUAL debe hacerse desde la familia.
2. Hacemos educación sexual continuamente, aunque no seamos consciente de ello. Educamos a nuestros hijos a través de nuestros pudores, nuestras caricias, nuestros silencios u opiniones.
3. Una educación sexual de calidad debe dirigirse a que nuestros hijos e hijas aprendan a conocerse, aceptarse y a expresar su sexualidad de modo que sean felices.
4. Hay que educar siempre desde lo positivo y no de lo negativo, fomentando la autoestima del niño/a.
5. Trate de encontrar “oportunidades para enseñar”. Utilice programas de televisión, libros, tareas escolares, etc.
6. No espere a que su hijo o hija le hagan preguntas a usted; muchos niños nunca preguntan. Usted necesita decidir lo que a usted le
importa que él o ella sepan.
7. Hay que estar dispuestos para dialogar. El diálogo no puede s
7. Hay que estar dispuestos para dialogar. El diálogo no puede s
er impuesto; siempre debe existir respeto y aceptación.
8. Sea consciente de la pregunta que hay “detrás de la pregunta”. Por ejemplo, la pregunta implícita “¿soy normal?”, a menudo oculta otras acerca del desarrollo sexual, los pensamientos sexuales y los sentimientos sexuales. Dé seguridad a su hijo o hija siempre que pueda.
9. Escuche, escuche, escuche. Pregúntele que quiere él o ella saber y qué es lo que sabe.
10. Recuerde que es normal sentirse incómodo/a cuando trata estos temas con sus hijos.
11. No vea con ojos de adultos lo que hacen los niños y niñas. No hacer interpretaciones precipitadas.
12. Cualquier padre o madre está capacitado para educar en sex
8. Sea consciente de la pregunta que hay “detrás de la pregunta”. Por ejemplo, la pregunta implícita “¿soy normal?”, a menudo oculta otras acerca del desarrollo sexual, los pensamientos sexuales y los sentimientos sexuales. Dé seguridad a su hijo o hija siempre que pueda.
9. Escuche, escuche, escuche. Pregúntele que quiere él o ella saber y qué es lo que sabe.
10. Recuerde que es normal sentirse incómodo/a cuando trata estos temas con sus hijos.
11. No vea con ojos de adultos lo que hacen los niños y niñas. No hacer interpretaciones precipitadas.
12. Cualquier padre o madre está capacitado para educar en sex
ualidad a sus hijos. A veces es suficiente con saber qué recursos hay en el barrio, pueblo o ciudad adonde acompañarles o derivarles para que sean informados y/o atendidos.
13. Conviene dejarles claro que con nosotros se puede hablar de sexualidad y que estamos dispuestos a hacerlo, si es que ellos quieren.
14. Respetar el pudor, los secretos de nuestro hijo/a y sus silencios.
15. No hacer juicios de valores. Intentar comprenderlos para saber interpretar.
16. Háblele acerca de los placeres de la sexualidad.
17. Recuerde que le está diciendo a su hijo/a que a usted le importan su felicidad y bienestar.
18. Conozca lo que se enseña de sexualidad en las escuelas, comunidades religiosas y grupos juveniles.
Es MUY IMPORTANTE fomentar desde los primeros años hábitos saludables y autoestima. Los expertos opinan que muchas de las situaciones que los chicos y chicas viven entre los 12 y 21 años están condicionadas por experiencias de la infancia.
Reforzar la capacidad que todo joven tiene para tomar decisiones y hacerles ver que nosotros estamos convencidos de que tiene esa capacidad. Cualquier momento es bueno para destacar que toda decisión debe ser personal y no vale la de “terceros” (padres, amigos, hermanos, tanto en este tema como en el de drogas, alcohol o cualquier otra decisión que se le presente en su vida cotidiana). Depositar en ellos el grado de responsabilidad que corresp
13. Conviene dejarles claro que con nosotros se puede hablar de sexualidad y que estamos dispuestos a hacerlo, si es que ellos quieren.
14. Respetar el pudor, los secretos de nuestro hijo/a y sus silencios.
15. No hacer juicios de valores. Intentar comprenderlos para saber interpretar.
16. Háblele acerca de los placeres de la sexualidad.
17. Recuerde que le está diciendo a su hijo/a que a usted le importan su felicidad y bienestar.
18. Conozca lo que se enseña de sexualidad en las escuelas, comunidades religiosas y grupos juveniles.
Es MUY IMPORTANTE fomentar desde los primeros años hábitos saludables y autoestima. Los expertos opinan que muchas de las situaciones que los chicos y chicas viven entre los 12 y 21 años están condicionadas por experiencias de la infancia.
Reforzar la capacidad que todo joven tiene para tomar decisiones y hacerles ver que nosotros estamos convencidos de que tiene esa capacidad. Cualquier momento es bueno para destacar que toda decisión debe ser personal y no vale la de “terceros” (padres, amigos, hermanos, tanto en este tema como en el de drogas, alcohol o cualquier otra decisión que se le presente en su vida cotidiana). Depositar en ellos el grado de responsabilidad que corresp
onda a su edad y hacerles ver que algunas decisiones traen consecuencias y que, por tanto, debe existir un mínimo de reflexión a la hora de decidir.
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