“En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está corrompido por los deseos engañosos, renovaos en el espíritu de vuestra mente,” Efesios 4:22,23 (RV1995)
Hay un dicho que dice que somos lo que decidimos ser, y es interesante porque el lugar donde nos encontramos hoy es producto de nuestras elecciones. En la vida cristiana siempre tendrás dos opciones: ¿Soy bendición o soy maldición? ¿Cuál camino escogeré, el de la vida o el de la muerte? ¿Soy un nuevo hombre o un viejo hombre? ¿Cuál escoges tú? ¿Eliges seguir viviendo en el pasado o eliges comenzar a diseñar tu futuro?
Tú puedes cambiar tu pasado porque ya Dios lo cambió. Del pasado y de la historia podemos aprender de las cosas que hemos hecho, como de las cosas que hemos dicho. ¿Qué hacer y qué no hacer? ¿Qué decir y qué no decir?
Para poder cambiar nuestro pasado y llevarlo a un futuro grandioso, necesitamos cambiar nuestra perspectiva de la vida e incorporar nuevos hábitos que nos lleven a la vida extraordinaria.
Los hábitos son una serie de costumbres, de prácticas que se forman en general, cuando una persona hace algo de la misma manera y en el mismo lugar una y otra vez hasta que lo realiza automáticamente sin esfuerzo o planeación.
Es probable que sin querer queriendo tengas todavía el habito de vivir en el pasado, y como vives en el pasado te cuesta disfrutar del presente, piensas que es Dios quien no te ha perdonado y tratas de esforzarte pero no lo consigues. ¿Qué pasaría si te despojas de lo viejo, de los malos hábitos? ¿Qué pasaría si comienzas a incorporar nuevos hábitos a tu vida y a renovar tu mente?
La historia que te comparto a continuación es clara y sencilla:
“Un anciano indio Cherokee estaba conversando con su nieto.
Él le dijo: -Los hábitos son como dos lobos hambrientos de igual fuerza que están en tu mente; uno de ellos es bueno y hace todo lo que sea positivo.
Es bondadoso, comprensivo, ama incondicionalmente, siente un constante deseo de dar, ayudar, compartir, y amar, y siempre anda contento, en fin; siente y hace todo lo que sea apropiado para él y los demás.
Pero el otro lobo, es malo. El temor y los malos sentimientos rigen su centro. Así que siente odio, envidia, es egoísta, y los celos devoran su ser. Siente un fuerte deseo de dominar psicológicamente y dominar físicamente, es malvado, violento; vive en amargura.
En conclusión siente todo lo que sea negativo y hace únicamente lo que es beneficioso para él.
Su nieto se quedó pensando por unos momentos y le pregunta a su abuelo:
-Tata, y si los dos lobos pelearan, ¿Cuál ganaría?
Su abuelo le respondió:
-El lobo que tú decidas alimentar”
¿Cuál criatura estás alimentando la vieja o la nueva? ¿De que está llena tu mente del pasado o del futuro?
“Sólo un hábito puede dominar otro hábito.” Og Mandino
Cuando tienes buenos hábitos puedes esforzarte mejor y desarrollar una mejor actitud ante la vida. Cuando tienes buenos hábitos puedes disfrutar y sonreír. Es un buen momento para buscar la ayuda de Dios que te ayude a diseñar el futuro que quieres lograr. Es tiempo de Elevarse!
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