¿Recuerdas algún momento cuando estuviste realmente enfermo? Ya sea que se tratara de un dolor de cabeza insoportable o del estómago revuelto, la medicina correcta obró maravillas. ¿Pero cuál es el remedio para un corazón destrozado o para un sueño hecho pedazos?
No deja de ser interesante que la Biblia sí habla de una cura espiritual para las decepciones de la vida. Podría llamársela «la medicina del corazón alegre». «El corazón alegre es buena medicina, pero el espíritu quebrantado seca los huesos» (Proverbios 17:22).
Este versículo echa un vistazo realista a las dificultades de la vida. «Un corazón alegre» es un regocijo interior producido por la fe que afecta lo que pensamos, las decisiones que tomamos, y a la larga, cómo nos sentimos. Es la voluntad de dar las gracias en la ser
ie de ganancias y pérdidas de la vida. Es «buena medicina» porque tiene un efecto positivo en cuanto a cómo percibimos y experimentamos la vida. Restaura nuestra salud espiritual.
Pero el versículo continúa observando cómo un espíritu herido que ha quedado sin ser atendido puede llegar a la desesperación. El «espíritu quebrantado» puede aplicarse a experiencias dolorosas que nos paralizan grabadas en nuestros recuerdos. Son los fracasos y las heridas emocionales pasadas que inhiben nuestras elecciones ahora. Estas ideas negativas pueden «secar los huesos». Esto es, pueden minar las energías que nos dan la vitalidad, que nos alimentan y nos sostienen en nuestro andar con Dios. Entonces, ¿cómo
«tomamos nuestra medicina»? He aquí varias sugerencias:
* Aprende a alabar adondequiera que estés (1 Tesalonicenses 5:16).
* Dale gracias a Dios por las circunstancias que te rodea
n ,incluso a pesar de cómo sean éstas (1 Tesalonicenses 5:17).
* Reconoce el lugar apropiado para lamentarte y para recuperarte de la pérdida (1 Reyes 19:1-10).
* Preséntale tus heridas a Dios para que te sane en oración (Isaías 53:5; 2 Corintios 1:3-5).
* Trata de ver lo bueno en una situación negativa (Filipenses1:12-14).
* Sé un canal de bendición a los demás (Efesios 2:10;Filipenses 2:3-4) .
¿Te sientes enfermo por las decepciones? Toma tus medicinas.Un «corazón alegre» sí actúa como buena medicina.
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