Por mas que me esfuerce, nunca voy a poder ayudar a una persona a tener una verdadera y auténtica relación con Dios, pues eso sucede en la intimidad, y nadie puede entrar en el lecho privado que Dios tiene preparado para cada uno de nosotros.
Cuando hablo de intimidad, me encanta pensar que Dios quiere ser íntimo con nosotros, mas íntimo que una pareja sentimental, más íntimo que una amistad de muchos años, más íntimo que una relación entre padres e hijos, pero a su vez más simple de ejercer.
Así como no podemos explicar que es lo que tenemos con nuestra pareja sentimental, como no podemos explicar esa magia que sucede cuando nos encontramos con ese amigo al que tanto queremos y como jamás podremos explicar lo que sentimos al recibir un abrazo de Papá o de Mamá, es precisamente lo que Dios espera de nosotros y sabe, una de las cosas que he aprendido, es que cuando nos dejamos llevar a ese punto, Dios empieza a hablarnos y a revelarnos secretos que solamente funcionan entre nosotros, Dios nos va a dar esas oraciones que parecieran recetas que solo sabemos nosotros y Él que vienen de Él, cuando nos permitimos tener intimidad con Dios desarrollamos un lenguaje que solo Él y nosotros nos entendemos, y eso, nadie nos lo puede enseñar.
La cita de hoy habla precisamente de eso, estoy completamente convencida que el secreto de la fuerza inexplicable de Sansón no radicaba en su cabello, sino en el hecho de que había sido criado para ser Juez sobre Israel y quiero entender que sus pensamientos debían de conservarse tan puros como su cabello sobre el cual no había pasado navaja, era un secreto entre ellos, era algo que iba más allá de lo físico, era parte de su intimidad, ya que si fuera el cabello, probablemente muchos tendrían el mismo don, no lo cree usted?, obviamente esto es solo una apreciación conociendo el corazón de Dios y algo en lo que no vale la pena profundizar mucho.
Tal como Sansón tenía un don único y cuyo secreto compartían Dios y Él, es algo que podemos desarrollar nosotros, de hecho, es justo el plan que tiene para cada uno de nosotros, nos hizo criaturas únicas, irrepetibles y pretende que no revelemos el secreto de quienes somos y de como llegamos a ser nosotros, quiere que sea algo íntimo que entre más disfrutemos en secreto mas crecerá.
Uno de los mejores secretos que escucharemos de Dios en intimidad es el cómo tomar buenas decisiones, decisiones que muchos tal vez no aprobarán o considerarán descabelladas, pero que tienen el sello de Dios y el éxito garantizado, y es algo que no sabremos explicar, pero que si hacemos de esa manera, nos darán resultado siempre, seremos aún mas invencibles que Sansón y recordados en el corazón de Dios constantemente.