“Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? 37Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.”Mateo 22:36
La palabra dice que Dios busca adoradores que le adoren en espíritu y en verdad, lo que muestra que la conexión entre el ser humano y Dios es una conexión espiritual. Aun así, no debes perder de vista que tu experiencia de Dios y la conexión de tu espíritu con Dios, dependen de tu conexión con Él a través de tu mente.
Si no tienes conciencia de esto, la experiencia de Dios en tu vida es una limitada.
Por lo general, hay gente que critica ideas como esta porque quieren ser tan espirituales que no pueden ver lo vital para la vida y para la experiencia con Dios, de lo que es una mente totalmente liberada y transformada, una mente cambiada, una mente renovada. Pero piensa en esto, si la meta principal de Dios fuera salvarte y llevarte al cielo, el día que te convertiste debiste haber caído muerto y haberte ido con Él. La verdad es que en el cielo no eres de utilidad para Dios, ni para tu familia, ni para el reino de Dios; eres de utilidad para el reino de Dios aquí en la tierra, entre los tuyos.
Tu experiencia, aquí en la tierra, de lo que Dios quiere hacer contigo va a depender de lo que Dios pueda hacer a través de tus pensamientos; Dios usa tu mente para pensar. La mente de Dios es superior a la del ser humano, pero cuando Él quiere pasar algo a la tierra, cuando Él quiere transmitir algo a la tierra, necesita una mente, un lugar donde Él pueda procesar esas ideas y pensamientos para que se hagan realidad.
Tu experiencia del amor de Dios, de la grandeza de Dios, depende y está ligada a la libertad que tú experimentes en tu mente, en tu manera de pensar, en tu manera de ver las cosas, en tu manera de ver la vida, en la perspectiva que tienes.
Hasta que no puedas experimentar la transformación de tu mente, no podrás ver la grandeza de lo que Dios tiene para ti.
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