En Mateo 27:62-66, sacerdotes y fariseos aconsejan a Pilato que selle y ponga guardia frente a la tumba de Jesús, no fuera que sus discípulos robaran el cuerpo y dijeran que había resucitado de entre los muertos. Jesús, aun muerto, era peligroso.
Aun en los peores momentos de nuestra vida, somos peligrosos para alguien. Cuando piensas que todo ha terminado, sigues siendo una grande amenaza. Aun cuando no hay mucho que puedes hacer, en tu circunstancia, en tus problemas, hay gente que se siente amenazada con lo que Dios ha prometido que va a hacer contigo y con lo que has declarado que va a ocurrir en tu vida.
Por eso es que hay gente que quiere asegurarse que no salgas del lugar en que estás, que no te levantes del problema en que te encuentras. Hay gente que quiere que te metan en la tumba y asegurarse que la sellen para que nadie te pueda sacar de allí y nadie pueda dar testimonio de lo que Dios va a hacer contigo.
Si estás pasando por tu vía crucis, lo único que debe salir de tu boca es: Dentro de tres días, me voy a levantar; la tumba no va a ser mi último lugar de descanso. La tumba y el momento de descanso que estás viviendo en el día de hoy van a ser el punto de transición para lo más grande que Dios va a hacer contigo. Si fuiste una amenaza mientras estuviste vivo, ahora que estás muerto serás más peligroso.
¡Que se prepare la gente, porque amenaza serás cuando Dios te saque de esta y haga todo lo que te prometió que iba a hacer!
Cuando nos comparan con Cristo, nos comparan de manera errónea, nos comparan de manera negativa, utilizando solo un pedazo de lo que verdaderamente fue la vida de Cristo. El que estudia la palabra sabe que, a dondequiera que Cristo fuera, era una amenaza y creaba un problema. Dondequiera que fuera, había gente que quería apedrearlo, acusarlo, gente que no lo querían; ni en su casa y ciudad lo amaban. Jesús hizo milagros en muchos lugares, menos en su ciudad, porque allí no creían en él.
Queremos proyectar un Cristo que se sentaba con los niños y amaba a la gente, que andaba pobre, caminando descalzo y que no tenía donde dormir. Se nos olvida que la figura de Cristo era una controversial para todos. Los fariseos, los romanos y los judíos se sentían amenazados por él. Si quieren comparar al Cristo que está en uno, deberían comparar la amenaza que siente el mundo ante cualquiera que está seguro de sí mismo, de lo que Dios ha hecho en él y para lo que ha sido llamado.
Nunca podrás vivir una vida como la que Cristo vivió, sin ser amenaza para alguien. El éxito en tu vida siempre será amenaza para alguien; aunque intentes ser lo más humilde posible, de no vestirte de cierta forma e intentes pasar por desapercibido.
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