La Biblia en Génesis señala que Dios formó al hombre del polvo de la tierra y sopló aliento de vida en su nariz para darle vida. Este evento viene a ser confirmado por un estudio realizado por científicos de la Universidad de Cornell en Nueva York. En este estudio se señala que ciertos tipos de arcilla facilitaron la formación de moléculas orgánicas que hacen posible la vida en el planeta.
Esta noticia fue transmitida por RT News y se señala que la arcilla contiene un conjunto de minerales como aluminio, silicio y oxígeno, cuya composición forma una sustancia llamada "hidrogel". Esta sustancia es un polímero que conforma una aglomeración de espacios microscópicos capaces de absorber líquidos como una esponja, en los que se producen las reacciones químicas de síntesis de proteínas, ADN y células vivas.
En el estudio el profesor de ingeniería biológica y ambiental Dan Luo sugiere "que en los orígenes de la historia geológica, el hidrogel ejerció una función de contención de biomoléculas que catalizaron reacciones bioquímicas".
Para probar su hipótesis, el grupo de investigadores se valieron de hidrogeles sintéticos que, con aminoácidos, enzimas y material celular forman las proteínas que codifica el ADN.
El estudio con hidrogeles demostró que esta sustancia puede generarse en las condiciones naturales de la arcilla.
Los hidrogeles de arcilla podrían ser un lugar seguro y protegido para las largas moléculas orgánicas, impidiendo su degradación por la influencia externa, hasta que la membrana que rodea las células vivas se desarrolló, para crear la ‘sopa primordial’ donde apareció la vida, señalan los investigadores.
Los científicos han sugerido en el pasado que pequeños globos de grasa o polímeros podrían haber servido como precursores de las membranas celulares.
La arcilla es una posibilidad prometedora porque las biomoléculas tienden a adherirse a su superficie, y los teóricos han demostrado que el citoplasma -el interior de una célula- se comporta como un hidrogel. Y, explica Luo, un hidrogel de arcilla protege mejor a sus contenidos de las enzimas perjudiciales (llamadas “nucleasas”), que pueden desmantelar el ADN y otras biomoléculas.
Como prueba adicional, la historia geológica muestra que la arcilla apareció por primera vez justo en el momento en el que las biomoléculas comenzaron a formar protocélulas -estructuras similares a células, pero incompletas- y, finalmente, las células terminadas. Los eventos geológicos coincidían con los eventos biológicos.
Cómo evolucionaron estas máquinas biológicas aún queda por explicar, reconoce Luo. Por ahora su grupo de investigación está trabajando para entender por qué un hidrogel de arcilla funciona tan bien, con la vista puesta en las aplicaciones prácticas de la producción de proteínas “libre de células”.
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