El Señor sabía lo que hacía cuando decidió que todo lo que necesitamos para esa “lámpara para nuestros pies” puede encontrarse dentro de las páginas de la Escritura, incluso para problemas modernos como el entretenimiento actual. No encontraremos un versículo que diga: “No usarás la página de Facebook para murmurar o verter comentarios sobre tu prójimo”, pero encontraremos lo suficiente sobre amar a nuestro prójimo para saber que murmurar sobre él o ella es claramente una violación de los mandamientos y la bondad de Dios. Ya sea que la murmuración se extienda cara a cara o computadora a computadora, las instrucciones del Señor siguen siendo las mismas.
Eso es cierto también sobre elegir las películas que vemos. No, no encontraremos: “No verás ninguna película calificada para mayores", pero encontraremos muchos principios que se aplican a lo que permitimos que entre en nuestra cabeza y nuestra mente.
A continuación hay ocho que puede compartir con sus hijos, y aplicarlos juntos a las decisiones en cuanto a medios de comunicación.
Principio 1: Evitar la corrupción
Santiago, el medio hermano de Jesús mismo, explica cómo se ve la verdadera religión: “La religión pura y sin mancha delante de Dios nuestro Padre es ésta: atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y conservarse limpio de la corrupción del mundo. . . ” (Santiago 1:27, NVI). Santiago está diciendo que la religión verdadera implica mantenerse alejado de ciertas cosas para así poder lograr la meta de no ser contaminados por la maldad.
La aplicación al entretenimiento es obvia, pero no siempre fácil. La separación puede llevarse a extremos poco sanos; no debemos ser del mundo, pero aun así debemos vivir en él (véase Juan 17:14-16). La parte de “no de él” nos llama a ser diferentes, negarnos a disfrutar de la oscuridad que a otros puede resultarles divertida.
Principio 2: Escoger los amigos con cuidado
El Salmo 1:1-4 (NVI) dice: “Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella. Es como el árbol plantado a la orilla de un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera! En cambio, los malvados son como paja arrastrada por el viento”.
Ser cuidadoso con quién influye en nosotros requiere tiempo y reflexión. ¿Sabe su hijo cómo evaluar a posibles amigos? ¿Qué de los músicos, actores, personajes y quienes surfean la red y con quienes él o ella puede pasar horas? Ayude a su hijo a entender por qué el escritor de Proverbios nos aconseja que escojamos nuestra compañía con cuidado. Él lo expresa de este modo: “No te hagas amigo de gente violenta, ni te juntes con los iracundos” (Proverbios 22:24, NVI).
Principio 3: Escapar de la cautividad
Otro potente principio que puede preparar a sus hijos para aprender discernimiento sobre los medios se encuentra en Colosenses 2:8 (NVI) : “Cuídense de que nadie los cautive con la vana y engañosa filosofía que sigue tradiciones humanas, la que va de acuerdo con los principios de este mundo y no conforme a Cristo”.
Toda película y guión de televisión, toda historia de un juego de video y toda canción están basados en la filosofía de alguien. No todo el entretenimiento es “vano y engañoso”, desde luego; pero gran parte sí lo es, y muchos jóvenes de buena gana se permiten a sí mismos ser cautivados. El proceso se produce lentamente: una insensibilización gradual. Para esos jóvenes, disfrutar de algo que pueden ver y oír ahora parece mucho más real que las cosas invisibles de Dios. Venden su primogenitura, por así decirlo, por la sopa actual de los medios; porque lo segundo parece tener más gusto que el sabor de hacer las cosas a la manera de Él.
Principio 4: Descubrir las alegrías de la abnegación
Al Señor sí le importa nuestra felicidad y bienestar. Sin embargo, en definitiva llegamos hasta ahí no al divertirnos a nosotros mismos sino al tomar nuestra cruz, negarnos a nosotros mismos y seguirle a Él. Nuestros hijos necesitan entender esto y ver que somos ejemplo de abnegación.
Principio 5: Poner guarda al corazón
Proverbios 4:23 (NVI) nos recuerda: “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”. Se necesita acción para guardar nuestro corazón; no sucede porque sí. Por espiritual que pueda sonar, no podemos solamente orar para llegar a tener un corazón guardado: “Dios, estoy a punto de ir a ver esta película calificada para mayores, así que por favor protege mi mente”. No funciona de esa manera.
Guardar algo significa escoger con cuidado las cosas que permitimos entrar. Eso es extra difícil con el entretenimiento, ya que a menudo nos bombardea a nivel emocional, un nivel en el que somos más vulnerables.
Mucho antes de la invención de la televisión, los teléfonos celulares con pantalla táctil o los proyectores de cine, el rey David observó sabiamente: “No pondré delante de mis ojos cosa injusta” (Salmos 101:3, RVR60). ¿Puede imaginar cómo cambiaría el mundo si los creyentes en todo el planeta aplicaran este pasaje a los entretenimientos que escogen?
Principio 6: Hacer de la sabiduría su meta
Una noche en un sueño, el Señor se apareció a Salomón y le dio la fantástica oportunidad de pedir cualquier cosa que quisiera (1 Reyes 3:4-10). En lugar de pedir fama, fortuna o la derrota de sus enemigos, Salomón pidió un corazón entendido y la capacidad de discernir entre lo bueno y lo malo. El Señor se agradó tanto con la petición de Salomón que le dio no solo discernimiento sino también las otras cosas.
El primer paso para llegar hasta ahí es pedir, como hizo Salomón. ¿Podría usted sugerir esta petición de oración a sus hijos? Quizá ellos no tengan porque no han pedido.
Principio 7: Pensar de modo distinto
Quitarnos nuestra vieja naturaleza y tener una nueva mente se hace más difícil cuando prestamos poca atención a nuestras decisiones sobre entretenimiento. O dicho de otra manera, es mucho más fácil lograr esas metas cuando nuestra mente está saturada de las ideas de Dios y no de las ideas de Hollywood.
La idea de tener una nueva actitud era tan importante para Pablo que la sacó a la luz cuando le escribió a los romanos: “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta” (Romanos 12:2, NVI).
Principio 8: Esperar una batalla
No creo que lleguemos nunca al dominio total de los inquietantes pensamientos, inspirados por los medios o no, que invaden nuestra mente. Según el mismo Pablo admitía, también estaba confundido, y sin duda frustrado a veces, con las cosas que se encontraba haciendo y no haciendo (lea Romanos 7:14-15, 18). Nuestros hijos necesitan saber eso. También necesitan saber que la historia de Pablo no termina ahí. Él también encontró esperanza y libertad. Pelear esa batalla interior no evitaba que Pablo mantuviera y fomentara normas.
¿Batalla usted con las decisiones sobre el entretenimiento? No permita que sus imperfecciones eviten que aborde este tema con sus hijos. Sea el mejor ejemplo que pueda, pero no tire la toalla cuando resbale. Sea sincero acerca de sus errores, y siga señalando a sus hijos (y a usted mismo) hacia las normas de la Biblia
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