Posiblemente, nunca se había cuestionado tanto como ahora el carácter, la vigencia y la importancia del del Señor como el de reposo . Por un lado, están aquellos que insisten en el sábado como el a guardar no solo en el Antiguo Testamento sino en todos los tiempos.
Por otro lado, están los que vacían el de reposo de su carácter vinculante, reduciéndolo a una mera ordenanza veterotestamentaria.
El , sin embargo, no es . Hace más de un siglo, los autores de este opúsculo–J.C. Ryle y A.A. Hodge–escribieron dar una respuesta clara y bíblica a las objeciones que ya entonces se levantaban contra lo que había sido la interpretación histórica y el consenso de la Iglesia desde los tiempos de los Apóstoles.
En la parte, J.C. Ryle contundentemente la autoridad bíblica sobre la que descansa el de reposo, el propósito de dicho , la forma en que debe guardarse y la manera como es profanado, concluyendo con una vehemente exhortación a que sea verdaderamente santificado.
En la seguna parte, A.A. Hodge demuestra tanto por la Biblia como por la de la Iglesia que el del Señor que guardamos los cristianos es esencialmente el mismo que el de reposo que se observaba en el Antiguo Testamento, y que solo el (del séptimo al primer de la semana) ha cambiado.
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