En 2 Corintios 5:17-20, dice: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación: Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación.
Cuando recibes al Señor como tu Salvador personal, eres una nueva criatura en el mundo espiritual, y el Espíritu Santo mora dentro de ti. Tu espíritu interior gime por algo más, por alcanzar el máximo potencial para lo cual Dios te creó.
El que ha sido bautizado por el Espíritu Santo, vive agradecido de donde Dios lo sacó, pero no se conforma y siempre desea alcanzar lo nuevo de Dios. Siempre desea algo más espiritualmente y emocionalmente. Pero lo nuevo de Dios no es lo que tú y yo conocemos como nuevo.
La nueva vida no viene porque lo externo sea nuevo, sino porque tu interior es transformado al Espíritu de Dios, que provocará, eventualmente, que tu futuro sea transformado.
¿Qué es la nueva vida en Cristo? La promesa de la nueva vida es la reconciliación con Dios, que es un cambio de ubicación, para alcanzar la transformación de Dios en tu vida. Todo el mundo quiere saber: ¿Quién soy yo? Y ¿para qué fui hecho? Lamentablemente, cuando los que te conocen te contestan, es basado en quien ellos piensan.
Cuando te definen los demás, vives limitado.
Dios desea es que sepas dónde tú estás, para que descubras quién eres. En otras palabras, tu ubicación define quien tú eres. Génesis 3 dice que, luego que Adán y Eva pecaron, se escondieron, y Dios dice a Adán: ¿Dónde estás? Y es que, si definimos dónde estamos, definimos quienes somos el uno para el otro.
Fíjate que lo primero que Dios preguntó no fue: ¿Qué hiciste?, sino: ¿Dónde estás? Si tratas de decirle a alguien que hizo algo incorrecto, siempre va a pelear y no lo va a aceptar. Cuando la persona se ubica, cuando sabe en dónde se encuentra, entonces reconoce que se encuentra en ese lugar por causa de lo que hizo. Y cuando entiende esto, entonces busca la transformación y la nueva ubicación.
Adán respondió: Oí tu voz en el huerto y tuve miedo, porque estaba desnudo; por eso me escondí. Entonces Dios le preguntó: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol del cual yo te mandé que no comieras? En otras palabras, ¿quién te habló que, con sus palabras, provocó que tu ubicación en relación a mí, cambiara?
Lo Nuevo de Dios es la posición que te ha dado, que te ha reconciliado con Cristo Jesús. Cuando estás ubicado en el lugar correcto espiritualmente, entonces puedes ver la transformación de tu vida.
Esa es la nueva vida en Cristo. Dios quiere darte una nueva posición en el espíritu para que el resto de tu vida se ponga en orden con esa nueva ubicación.
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