Debemos vivir con la confianza de que, los que amamos a Dios, vivimos en momentos de reposo y en momentos de grandes victoria.
La biblia nos relata cómo el profeta Elías reta a los profetas de Baal, diciéndoles: El que de nosotros haga que baje fuego del cielo, ese le sirve al verdadero Dios. Los profetas de Baal estuvieron adorando, danzando y hasta se flagelaban, desde el amanecer hasta el mediodía, para que su dios bajara fuego. Elías no se intimidó, ni dudó; por el contrario, nos dice la biblia que, mientras, se burlaba de ellos.
Pasado el mediodía, Elías restauró el altar y lo único que dijo fue: Jehová muéstrate delante de este pueblo, para que vean que eres el verdadero Dios. Y fuego bajó del cielo.
Le servimos a un Dios que les da tiempo suficiente a nuestros enemigos para que hagan el ridículo delante de nosotros. Cuando veas al enemigo jactándose delante de ti, porque ha actuado en contra tuya y ha sido piedra de tropiezo, gózate, porque es solo por un tiempo. Eres tú el que tiene ángeles a favor tuyo. Eres hijo del Dios Todopoderoso que obra a favor tuyo. Eres tú quien tiene un ejército trabajando por tu sanidad, por tu matrimonio, por tu trabajo, por tu familia.
Vemos cómo Elías ora para que bajara fuego del cielo y, en otra ocasión, oró para que bajara lluvia del cielo. Ese es el gran Dios al que le servimos, que siempre está obrando a favor nuestro, que después de enviar a su hijo Jesús a que muriera por nuestros pecados y por nuestra sanidad, aún continúa haciendo milagros.
Sigue orando y clamando, como lo hizo Elías, porque no verás por mucho tiempo a tus enemigos burlarse delante de ti. Tú le sirves al verdadero Dios. Cree que, si Dios te ha restaurado, restaurará tu matrimonio, si Dios te ha sanado, sanará al familiar enfermo, si Dios te ha hecho libre, cree que tu familia también será libre, en el nombre de Jesús.
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