SE ACABO


Ante la destrucción de la cuidad, y la aparente pérdida de su familia, David consulta a Dios y, al hacerlo, lo que recibe de Dios es una instrucción. La instrucción de Dios para David fue bien clara. Era una orden, una acción.
Cuando la gente va a la iglesia a consultar a Dios, lo que espera es entrar en un trance emocional, sentirse en las nubes. La gente ora a Dios, y espera que Dios le pase la mano y los calme. Lo menos que esperan es que Dios les diga: Persíguelos. Esperan que Dios diga: Tranquilo, todo va a estar bien. Piensan que lo que necesitan es paz, pero no se puede encontrar paz en una ciudad quemada.
Lo que la gente espera que Dios le diga contrasta lo que Dios realmente dice. Dios le dice a David: Persíguelos. Dios le dice que no se quede en ese lugar, que no se quede en la situación presente, que no se quede en el momento que estaba viviendo, que no se quede en el problema que estaba viviendo. Dios no le dice a David: Confórmate.
La actitud de retroceder es una actitud que, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, es condenada y no es bien vista a los ojos de Dios. Todo lo contrario.
Dios le dice a David: Persíguelos, porque ciertamente los alcanzarás.
En el lugar de tu crisis no vas a encontrar paz. Levántate, toma acción, continúa, progresa, prospera, incrementa en tu vida, desea cosas más grandes, aspira a cosas más grandes. Entiende que lo que tienes en tu presente no es todo lo que vas a tener.
Aquella persona que no decide perseguir es una persona que, entonces, estará toda su vida huyendo.
Cuando hablamos de este momento en la vida de David, estamos hablando de un joven que por trece años ha estado corriendo, huyendo, pero llega un momento en que uno se cansa de vivir a la defensiva.
¿No te has cansado tú de vivir a la defensiva?
La defensiva no es lo que gana un juego. La defensiva ayuda. Si tienes mala defensiva, no vas a poder tampoco tener la victoria, pero con defensa no se gana un juego, porque alguien tiene que anotar. La defensa está para que el otro no anote, pero si tú no anotas estás en cero y se queda en un empate.
Dios no te llamó a vivir toda una vida corriendo. Dios no te llamo para vivir toda una vida huyendo. Dios no te llamó para vivir toda una vida mirando por encima de tu hombro a ver quién te va a perseguir, a ver quién te va a alcanzar, a ver cuándo va a llegar el problema, cuándo va a llegar la dificultad.
Hay un momento donde tienes que asumir la actitud correcta y decir: Se acabó.
Persigue tus metas, alcanza todo lo que Dios tiene para ti, y no mires atrás. 

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