Jesús, como Dios, tenía un conocimiento perfecto, y por lo tanto actuó a la luz de toda la verdad y de los hechos. Y, en su perfección humana, Jesús pudo también aplicar toda la verdad y los hechos con una sabiduría intachable. La sabiduría se revela en las decisiones que se toman, las acciones que se realizan, y las palabras que se hablan. Eso es precisamente la verdadera sabiduría: la correcta aplicación del conocimiento.
Hoy queremos mirar de nuevo a Jesús y en especial su sabiduría. Tenemos que comprender cómo nosotras también podemos desarrollar la sabiduría que nos hará más como Cristo no solo en nuestra manera de vivir, sino en las decisiones que tomamos.
El camino a la sabiduría verdadera
La sabiduría viene con el nuevo nacimiento que tiene lugar en el momento de la salvación, como descubrió Nicodemo durante una visita secreta a Jesús. Ya encontramos a Nicodemo en un capítulo anterior cuando hablamos acerca de la valentía. Pero hoy nos centraremos en un encuentro que tuvo con Jesús a comienzos del ministerio del Señor. A Nicodemo le interesaba cada vez más conocer acerca de Jesús. Una noche, este respetado erudito y maestro vino a encontrarse con Jesús y hablar con Él. Aunque Nicodemo vino de noche en secreto, se acercó a Jesús con un corazón dispuesto y sediento, y creía que Jesús tenía respuestas. Siendo un maestro también, Nicodemo vino a Jesús con un espíritu enseñable.
Este es el escenario: un maestro de Israel acude a la fuente de toda sabiduría en busca de sabiduría. ¿Qué consejo sabio le dio Jesús a Nicodemo? Le dijo: “Os es necesario nacer de nuevo” (Jn. 3:7). En otras palabras, si Nicodemo realmente quería la sabiduría de Dios, tenía que empezar de nuevo. Tan pronto “naciera de nuevo” y creyera en Jesús como Mesías, tendría el poder para vivir y actuar según su nueva naturaleza. Experimentaría el poder transformador de la salvación. Examina tu corazón Conforme entiendas y aceptes el concepto del nuevo nacimiento, la sabiduría de Jesucristo se volverá parte de ti, y Él transformará tu vida.
Este es el camino a la sabiduría: primero recibes en el nuevo nacimiento la vida eterna, el poder y la dirección del Espíritu Santo, y sabiduría. Luego, al seguir a Jesús, el Señor, el Santo, la luz de la verdad, te vuelves más y más consciente de cómo Jesús quiere que te conduzcas. En poco tiempo empezarás a aplicar la sabiduría que aprendes a tu proceso de toma de decisiones, las cuales serán más sabias.
Tu lenguaje también se volverá más cuidadoso y agradable, porque escogerás hablar sabiamente. La sabiduría trabaja de adentro hacia afuera, empezando en tu corazón. Lo que Jesús dijo a Nicodemo también es cierto para ti: debes nacer de nuevo. Si esto no ha ocurrido en tu vida, puedes empezar tu vida nueva hoy y comenzar a caminar en sabiduría: la sabiduría de Dios, celestial. Puedes abrazar a Jesús y a su gracia salvadora en cualquier momento. Puedes nacer de nuevo recibiéndole como tu Salvador.
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