AMISTAD

Si logras conservar tu sonrisa, ataviada por la luz de tus profundos ojos, lograrás que desde el umbral que te miro se me inunde todo de un inusitado sabor amigo, consiguiendo que la mujer que soy, se alegre con tu alegría, se goce de tu presente y desee que cada día sea completado con la intensa claridad que desprende tu corazón. Cuando lleguen los momentos tristes y quieran inundarlo todo con su salobre desdén, evoca los mil segundos de gloria, los incontables instantes de serena calma, las innumerables veces que la vida te ha regalado un verso.
Cuando sumes todos tus momentos memorables y a ellos les restes los que no deseas recordar, observarás un resultado que me regalará el placer de verte sonreír. Contemplo lo que me rodea, las cosas que pasan desapercibidas, los ojos de quienes miran sin ser mirados, las cuajadas gotas de recuerdos que a menudo me visitan y me estrechan entre sus notas del tiempo pasado.
A veces me sorprendo a mí misma entonando algún que otro poema que, olvidado, dejé crecer entre mis ansias ingenuas de adolescente, unos torpes versos de mujer que a fuerza de imaginar un mundo diferente luchó en la difícil empresa de la vida. Hoy deshojando el pasado te encuentro y me sobrecoge el dulzor amigo de los días pretéritos, de aquellos momentos que encauzados entre ilusiones crearon algunos de nuestros sueños, unos se han cumplido, otros sólo los hemos soñado, pero lo cierto es que aquí estamos y aunque con algunos años más, admito tener ese mismo sentir que en su día nos unió y que hoy me ofrece su tañido de nostalgia .Te escribo con el anhelo de que Dios colme tu vida de ricas y abundantes bendiciones, que cada mañana encuentres una razón por la que sentirte dichosa, feliz. Que sepas sonreír en las adversidades y mostrarle así al mundo el amor que llevas dentro.
Deseo desde lo más profundo de mí , que la vida te depare razones por las que sentir alegría, por las que luchar, motivos por los que despertar cada mañana con la esperanza enarbolando tu mirada.
Hoy abandono las prisas y los quehaceres para evocar a quien nunca sucumbirá a la desmemoria, alguien que se hizo un lecho en mi corazón y siempre han vivido en él, acurrucada bajo el calor de mi nunca deshojada capacidad para evocarla.
Hoy te hago presente, te vuelvo a vestir con los atavíos de la adolescencia que nos unió y te regalo estas frases, que carentes de altanería, intentan otorgarte un ramalazo de vida, un trazo de risas pasadas que aún resuenan en mi memoria con la chispeante alegría de quien compartió junto a mí momentos inolvidables .

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