En su libro, Laje detalla la historia del feminismo en tres etapas: 1) una “primera ola” que buscó el acceso a la mujer a los plenos derechos civiles y políticos; 2) Luego una “segunda ola” que estuvo ligada al pensamiento marxista, especialmente a los estudios de Friedrich Engels, quien, en su libro “El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado”, aseguró que la aparición de la propiedad privada generó un sistema opresivo en la familia, del hombre hacia la mujer, al que llamó “patriarcado”; 3) y finalmente está la “tercera ola” feminista donde nace la ideología de género.
Sobre la “tercera ola” feminista, Laje explicó que todos sus postulados articulan un discurso ideológico que propone la “lucha de clases entre hombres y mujeres”, y como consecuencia de esa lucha, devino lo que hoy se conoce como ideología género.
El politólogo aseguró que “la ideología de género nació para suplir una falta en la izquierda (marxismo clásico) ante la falta del obrero como clase revolucionaria. Esa falta abre paso de una lucha de clases a una lucha por la cultura (neomarxismo)” donde hoy las feministas radicales actúan.
En ese sentido, el también ensayista puso de ejemplo a la teórica feminista Monique Vittig, de Francia, que “escribió un libro que habla sobre el régimen de ‘heterosexualidad obligatoria’ diciendo que Occidente oprime a las mujeres porque las obliga a ser heterosexuales”.
“Eso es una curiosidad porque ella fue homosexual y Occidente nunca le puso una traba para serlo, nunca estuvo presa. Sin embargo, ella era pro Mao Tse Tung, de la China comunista, un modelo que tenía para los homosexuales pena de castración y, si reincidían, pena de muerte”, aclaró.
El pensamiento de Vittig y de otras ideólogas género, según Laje, están resumidos en aquella frase de la feminista marxista, Simone de Beauvoir, que en su libro ‘El Segundo Sexo’ dijo: “no se nace mujer: se llega a serlo”, es decir, que la sexualidad deja de ser “un dato de la naturaleza” y se convierte es una “construcción de la sociedad”, lo que hoy se llama “género”.
El joven politólogo también hace en su libro un repaso teórico del feminismo radical en las figuras de Shulamith Firestone, Kate Millet, Zillah Eisenstein y, sobre todo, Judith Butler, quien “estiró tanto el concepto de género como para que en él quepan formas y gustos sexuales de los más extrañas” (multiplicidad de géneros que "rompan la coherencia existente entre el sexo, el género y el deseo sexual").
Una mirada al feminismo radical de hoy
Agustín Laje indicó que “el feminismo de hoy se caracteriza por ser “un ‘hembrismo’, es decir, un machismo a la inversa. Es un feminismo que ya no se articula por un discurso de igualdad real, sino por un discurso de odio hacia el hombre y de privilegios para la mujer”.
Además, afirmó que este feminismo “tiene algunas teóricas curiosas como Andre Dworkin que explica que toda relación sexual heterosexual constituye una violación contra la mujer o, como Valerie Solanas, que dice que llamar al hombre ‘animal’ es un halago”.
“Es por eso que en todas las marchas de este feminismo que impera en estos grupos, encontramos en las inscripciones de los muros de todas las ciudades cosas como ‘asesina a tu novio’, ‘muerte al macho’ y frases por el estilo”, destacó.
Sobre los feminicidios o femicidios, Laje dijo que jamás ocurre “una investigación para saber si eso fue efectivamente uno”.
“El feminicidio se define por la intencionalidad del ataque del hombre a la mujer, en el cual el móvil de esa violencia es el odio hacia el otro ‘género’ como tal. Cada vez que se presenta un caso de feminicidio nadie realiza un peritaje psicológico ni nada por el estilo. Sin embargo, el mayor número de muertes de mujeres por asesinato no son por casos de feminicidio y nadie habla de eso”, destacó.
El politólogo reiteró que no existe verdaderamente una lucha “por los ‘géneros’”, sino “una lucha que es política y que se explica a través de los intereses del movimiento político de izquierda”.
Feminismo y pedofilia
Laje indicó que “empíricamente hay muchos datos”, por ejemplo “en Alemania hay organizaciones de feministas que han lanzado solicitudes y apoyos públicos a grupos explícitamente pedófilos”.
Entre estos grupos se encuentran la NAMBLA (North American Man/Boy Love Association) y el IPCE (International Pedophile and Child Emancipation).
“Desde las feministas Simone de Beauvoir, pasando por Shulamith Firestone, Kate Millet, llegando a Lola Pérez, quien hoy en España escribe desde su Twitter a favor de la pedofilia, argumentan a favor del ‘sexo intergeneracional’ o los boys lovers, como los llaman ellos”, dijo Laje reafirmando las tesis de su libro.
“Esto sucede porque todo parte de un mismo tronco teórico que es la ideología de género. Esta dice que la sexualidad no tiene que ver con la naturaleza, sino que es una construcción de la cultura”.
“¿Qué es la cultura? Viene de la palabra cultivo, es decir, lo que el hombre hace y de lo cual el hombre es también hecho. La cultura es puro azar, la natural es lo dado y que no se puede modificar”, destacó.
Finalmente, dijo que “si la sexualidad es pura cultura”, entonces “no tiene límites”.
“Por ejemplo, el ala joven del Partido Popular Liberal Sueco está pidiendo una ley para que se legalice el incesto y la necrofilia. En Canadá hace poco se legalizó la zoofilia, es decir, el sexo con las bestias”.
“Y en el caso de la pedofilia tenemos a Holanda, donde en el 2006 se creó un partido (The Party for Neighbourly Love, Freedom, and Diversity) cuyo único fin era la legalización de la pedofilia y lo explicaban en los mismos términos que los ideólogos de género”, concluyó.
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