GRATITUD QUE ALEGRA EL CORAZÓN

Cada nuevo día tenemos la oportunidad de levantarnos con una buena actitud que nos impulse a sonreír, creer que todo va a salir bien y a confiar en Dios. 
Si queremos avanzar con pasos firmes debemos tener a mano las herramientas que nos ayuden a disfrutar de cada día, recordemos lo que Jesús nos dijo en Juan 10:10 “yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”, parte del propósito de Dios para nuestra vida es que seamos felices y disfrutemos acá en la tierra de las bendiciones que ya tenemos (lee Efesios 1:3).
Cada día estamos frente a un milagro, sin embargo, por las carreras diarias, podríamos no estar prestando atención a esos detalles que buscan llamar nuestra atención. Es tiempo de bajar el ritmo, levantar nuestra mirada al cielo, dar gracias por todo lo que tenemos y por lo que aún no ha llegado, esto sólo lo puede hacer un corazón que ha decidido caminar por fe, confiando en Aquel que es Todopoderoso.
Podría decirte que es tiempo de quitar la queja y poner gratitud, esto cambiará radicalmente lo que hablamos y pensamos. Si en este momento realizáramos un autoexamen sobre nuestro grado de queja y gratitud diaria, ¿cuál porcentaje sería más alto?
El diccionario define la gratitud como una apreciación, sentimiento, emoción o actitud que reconoce un beneficio que ha recibido o recibirá. ¡Wow! Si caminamos bajo esta verdad podríamos decir que cuando tenemos gratitud estamos demostrando nuestra fe y confianza en que Dios está al control, y aun cuando aquello que esperamos no ha llegado Él todo lo tiene bajo su cuidado. Confiar en Dios es estar totalmente seguro de que uno va a recibir lo que espera. Es estar convencido de que algo existe, aun cuando no se pueda ver (basado en Hebreos 11:1)
Es necesario aprender a dar gracias no sólo cuando ya tenemos el milagro, sino cuando nuestros ojos físicos no ven nada, eso es fe. El abrir nuestra boca y dar gracias por todo trae fortaleza, gozo y paz. Sabemos que nuestras palabras tienen poder creativo.
“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús” (I Tesalonicenses 5:18). Si prestamos atención a este versículo nos vamos a dar cuenta que la voluntad de Dios es que demos gracias por todo, esto incluye los buenos y no tan buenos momentos.
Todos los días estamos expuestos a compartir con muchas personas. Sin duda alguna nos hemos topado con personas positivas, que sonríen, que hablan bien y que cuando uno se despide siente paz en el corazón. Pero a la vez hemos compartido con personas que nos “cargan”, son negativas y se quejan de todo. ¿En qué grupo queremos estar? Sin duda alguna en el primero, pero para eso tenemos que trabajar y aprender a hablar bien, dando gracias a Dios por todo y en todo momento.
¿Sabes por qué a Dios le gusta ver en nosotros un corazón agradecido?
1.- Cuando somos agradecidos le damos la Gloria a Dios ( II Corintios 4:15)
2.- Un corazón agradecido reconoce la bondad de Dios (I Timoteo 4:4)
3.- Un corazón agradecido es característica de un adorador (Salmo 100:4)
4.- La gratitud es reflejo de obediencia a Dios. (I Tesalonicenses 5:18)
5.- La gratitud multiplica las bendiciones. (Mateo 25:4-28)
6.- Un corazón agradecido, trae gozo y paz. (Salmo 118)
7.- Un corazón agradecido, conmueve el corazón de Jesús. (Lucas 17:11-19)
En este pasaje bíblico vemos como 10 recibieron un milagro, pero solo uno se devolvió a dar gracias. Muchas son las veces que hemos sido parte de los “9”, Dios hace un milagro y nos acostumbramos, porque hemos perdido la capacidad de asombro. Hoy es un buen día para empezar a dar gracias por todo, sea grande o pequeño.
“No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho” (Filipenses 4:6).
El secreto de tener paz y fuerzas nuevas radica en preocuparnos menos, orar y confiar más, esto nos ayudará a fortalecer nuestra relación con Dios de una forma sorprendente.
Consejos prácticos:
n  Elimine las frases negativas y de queja.
n  Controle lo que sí puede controlar, esto es, su actitud ante los retos diarios.
n  Hágase rodear de las personas correctas, que sean positivas y agradecidas.
n  Sea perseverante, tenga confianza en Dios y en usted mismo.
n  Aprenda de los errores.
n  Aléjese de las personas negativas.
n  Tenga metas y alcáncelas.
n  Hable siempre bien de usted y los demás.
n  Sea agradecido en todo.

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