SEMILLAS

En  Marcos 4, Jesús les habla a sus discípulos sobre el poder de la palabra, presentándoles la parábola de sembrador. En el versículo 13, les dice: ¿No sabéis esta parábola? ¿Cómo, pues, entenderéis todas las parábolas?  En otras palabras, si no entienden el poder de la semilla y no entienden la relación de la semilla con la tierra, lo que pasa con la semilla, ¿cómo van a entender el resto de las cosas que yo les voy a hablar?
En el verso 14, comienza a hacer la explicación de las semillas que cayeron en diferentes partes y tipos del terreno.  El primer escenario representa al enemigo. ¿Con quién te encuentras fuera de la iglesia después que oyes la palabra?  Satanás no viene porque seas tan grande y peligroso para él, o porque tenga un problema personal contigo; viene a intentar robar la semilla que se ha puesto en tu corazón.
Cuando Satanás, no logra quitarte la semilla que fue sembrada en ti a través de la palabra, entonces, según los versos 16 y 17, llega la persecución.  Al final, si el diablo no se lleva la semilla con persecución, entonces, hay un tercer grado mostrado en el verso 18: Los afanes.
Pero el que logra vencer el ataque del enemigo, la presión de la persecución y la ansiedad que causa la preocupación de este siglo, en ese terreno germina la semilla al treinta, al sesenta y al ciento por uno.
¿Cuáles son los mensajes que han dado resultado en tu vida? No todos. Hay algunos que, cuando sales de la iglesia, el enemigo se ha robado la semilla. A veces, no se la robó el diablo, pero la persecución que vino a tu casa, lo que te hicieron cuando hablaron mal de ti en Facebook, en Twitter, aquello que dijeron de ti, te ha hecho desistir de la palabra. Otras veces, las presiones, el afán, la frustración de la semana, han cancelado la semilla.
La palabra que ha dado resultado, la semilla que ha dado frutos en tu vida es aquella que ha resistido. Por lo tanto, si el terreno es el correcto y es capaz de aguantar la semilla, entonces produces, y Jesús dice que, si no entiendes eso, no puedes entender más nada. Ese es el poder de una semilla.

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