Así como la percepción errónea de otros puede detenerte y limitar el potencial de Dios en ti, mucho más la percepción que tienes de ti mismo.
En Romanos 4:17 dice, de Dios, que él llama las cosas que no son, como si fuesen. Él no llama las que son, como si no fuesen. Son dos cosas diferentes. No se trata de negar una realidad, sino de llamar a existencia las cosas que no se ven, pero que tú sabes que Dios tiene separadas para ti.
El cambiar tu percepción no necesariamente cambia las cosas. Lo que cambia es la manera en que vas a trabajar con ellas, y cómo le permites a Dios que trabaje con ellas. Cuando cambias tu percepción, comienza, en tu espíritu, la fuerza, el poder de Dios para cambiar lo que está a tu alrededor. Es por esto que tienes que pararte firme y tomar la decisión de no envolverte emocionalmente en el problema que estás viviendo, a tal grado que no puedas ver lo que Dios tiene preparado para ti.
Para trabajar en nuestra percepción, es vital trabajar en varias áreas en nuestras vidas. Una de ellas, la mente. Nunca creas que una situación difícil que estés viviendo es permanente. Cuando tu mente comienza a hacer permanente problemas que son temporeros, caes en una percepción errónea, donde tus emociones se descontrolan. No siempre tendrás que vivir de la manera en que estás viviendo.
Tienes que sacar de tu vida la conciencia de pecado. Quítate de la cabeza que estás en el problema, necesariamente, porque pecaste. No todo lo que sucede en tu vida es porque hayas pecado. Hay situaciones que suceden porque somos humanos. Hay cosas que tendrás que enfrentar por malas decisiones que has tomado en algún momento dado, pero no todo lo que sucede es resultado de un pecado.
Tampoco creas que todo lo que sucede en tu vida es causado por Dios o por el diablo. Cuando tenemos esta percepción, vemos al diablo donde no está o vemos a Dios donde no está. Hay cosas que suceden, simplemente, por el hecho de que estamos en esta tierra.
Cree toda tu vida en la bondad y misericordia de Dios. En medio de los momentos difíciles, aunque no entiendas lo que está sucediendo, Dios sigue siendo bueno. Él tiene misericordia de ti, te cuida, te guarda. Él se va a encargar de ordenar tus pasos y él se va a encargas de que esta situación difícil obre para bien. Verás su gloria en tu vida. No importa lo que suceda, nada debe cambiar la perspectiva de quién es Dios en tu vida. Él siempre ha creído en ti; aun cuando estabas enfangado en el pecado. Por eso murió en la cruz del Calvario, y su amor permanece para siempre.
Aunque el hombre falle y sea infiel, el carácter de Dios sigue siendo el mismo.
Tú podrás cambiar tu percepción de una persona, pero nunca cambies la percepción de Dios en tu vida. Ahora, aunque nuestra percepción sea errónea, el carácter de Dios permanece para siempre. No hay nada que hagas que pueda cambiar su carácter. Su amor dura toda la vida, y es esto lo que nos da la posibilidad de libertad y de vivir lo máximo de nuestro potencial.
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