En Éxodo 9:4, vemos que Gosén era un lugar separado por Dios para mostrar su gracia y su favor sobre su pueblo. Gosén era una porción, dentro de la tierra de Egipto. La diferencia era que en aquel lugar vivían los hijos de Dios.
Egipto representa la tierra de esclavitud, de opresión, de duro trabajo y poco resultado. En esta tierra, el pueblo había vivido 400 años en esclavitud, pero en un lugar que Dios separó para el pueblo de Israel: Gosén. Este espacio vino a ser muy significativo, cuando Dios decide traer juicio sobre el pueblo de Egipto y liberar a su pueblo.
Se habla de Gosén también en Génesis, pues es un regalo del Faraón para José, para que lleve a toda su familia. Y, cuando Jacob pierde las esperanzas de ver a su hijo José, Dios le acuerda: Jacob, te prometí que de ti saldría una nación; y, cuando va a Egipto, es allí que entra Jacob con sus familiares. Entraron 72 personas a Gosén y salieron, con Moisés, 2 millones de personas.
Gosén no es tu destino, sino un lugar de transición. Es un lugar donde Dios te establece para provocar ciertas cosas en tu vida. No es la tierra prometida, porque está dentro de Egipto, pero si un lugar necesario para protegerte.
Dios comienza a juzgar a la gente que esclavizó al pueblo de Israel y, en medio de toda esa calamidad y de esos problemas, Dios tuvo este espacio especial para su pueblo, para sus hijos.
Gosén nos habla de la importancia de la cobertura espiritual. Uno de los problemas que tiene mucha gente es el sentido de independencia, una conciencia tan humanista que cree innecesario estar en un lugar espiritual para tener protección. La mayoría de los problemas que vemos en la biblia son de aquellos que no tuvieron o despreciaron esta cobertura. Un ejemplo de esto es el hijo pródigo que, una vez salió de la casa de su padre, tuvo problemas, todo le fue mal.
Es importante entender que lo primero que el enemigo quiere hacer es sacarte de la cobertura espiritual. Cuando desprecias la cobertura espiritual, comienzas a menospreciar la autoridad de Dios sobre tu vida.
Cuando hablamos de Gosén, hablamos de un trato especial de Dios con su pueblo. Al mundo se le hace difícil entender esto, porque pretenden que seamos iguales. Nosotros no somos iguales; no somos de este mundo. El trato de Dios con nosotros no es el mismo trato que Dios tiene con aquellos que no le sirven. Sobre el mundo, opera la misericordia de Dios. Sobre ti, están la gracia y la bendición de Dios, que es un nivel totalmente diferente.
Dios ama a todo el mundo, pero con sus hijos tiene un trato especial. ¡Gloria a Dios que la misericordia de Dios te alcanzó en medio de los problemas y en medio de las dificultades! Desde el día que te conectaste a la gracia de Dios, el trato de Dios contigo ha sido muy diferente. Tus expectativas deben ser diferentes, porque las expectativas de Dios contigo son diferentes.
Dios quiere cuidarte, protegerte y hacer la diferencia en tu vida. El quiere dar testimonio y mostrar delante del mundo que él está contigo y habita en medio de ti. Dios dice: Quiero demostrarle a Faraón, al mundo, que yo soy tu Dios y habito en medio de ti.
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