La primera
bendición que vemos que se manifiesta en Gosén es la provisión.
Jacob y sus
hijos van a vivir a Gosén, principalmente, porque en Canaán, la tierra
prometida, estaban viviendo un tiempo de hambre, de necesidad. Dios los mueve a
Gosén para traer provisión a sus vidas.
Dios quiere
traer provisión para tu vida. Dios quiere proveerte. El Dios que sana y salva,
es el mismo Dios que quiere traer bendición y prosperidad sobre ti y los tuyos.
En medio de un mundo que vive en necesidad, hay provisión preparada para ti.
En Gosén está la
promesa de provisión.
Jacob no sabía
que Dios tenía un Gosén preparado en Egipto. La razón por la que él decide ir a
Egipto es porque la tierra de Canaán, la tierra prometida, se había hecho
estéril. Tú puedes estar en el lugar que Dios te prometió, y volverlo estéril. Jacob
había hecho de la tierra prometida una tierra estéril, porque había creído una
mentira, que había matado su espíritu de soñador. Esa actitud de rendirse ante
la vida, lo llevo a transformar aquella tierra, no cualquier tierra, sino la tierra
prometida, en una estéril; y ahora, en tiempos de necesidad, tiene que pensar
en moverse de la tierra que Dios le había prometido.
Cuando hay
escasez, es tiempo de moverte. La pregunta es, si te estás moviendo hacia donde
Dios te está diciendo que te muevas, o si te estás moviendo a donde tú quieres
moverte. Por eso Jacob consultó a Dios, antes de moverse.
Puedes estar
moviéndote a lugares innecesarios, o puedes estar moviéndote en la dirección de
Dios.
Cuando hay
necesidad, tienes que moverte. El problema es que quizás te estás moviendo
pero, ¿te has tirado de rodillas a preguntarle a Dios lo que él quiere que tú
hagas? ¿O te estás moviendo basado en lo que la economía dice, en lo que el
mundo ha dicho, en lo que la gente está diciendo?
No se trata de
moverte por moverte, sino de moverte en la dirección que Dios tiene para ti.
Jacob se tiene
que mover, porque llegó un problema financiero grande. En Génesis 47, dice: “Acabado
el dinero de la tierra de Egipto y de la tierra de Canaán...” Esta expresión
nos dice que no todo Egipto estaba bien. Por lo general, tendemos a pensar que donde
único se estaba viviendo aquella hambre era en la tierra prometida, pero el
dinero en Egipto también se había acabado. El que tenía dinero era Faraón.
Hay gente que
sale corriendo hacia otra nación, sin entender que en Egipto también se acabó
el dinero. Donde único hay dinero es en Gosén. Jacob pensaba que iba para
Egipto, pero Jacob no iba para cualquier parte de Egipto, sino que Dios tenía
un lugar llamado Gosén, dentro de Egipto, donde había provisión para su vida.
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