
El problema que tienen algunos creyentes es que viven deseando lo que Egipto ofrece, sin darse cuenta que nuestro estilo de vida es lo mejor. ¿Por qué alguna gente de la iglesia se entrega al mundo? Porque el mundo nos vende la idea de que su estilo de vida es mejor que el estilo de vida que nos hace abominación para el mundo.
La mejor parte que tú tienes es estar en la casa del Señor, en la iglesia. Pero eso no es lo mejor para el mundo. Lo mejor para el mundo es quedarse viendo televisión, quedarse durmiendo. Pero tiene que llegar un momento en que tú razones que el estilo de vida que Dios te ofrece es mejor que el estilo de vida que el mundo ofrece.
El problema es que, por alguna u otra razón, como dice la palabra en el Nuevo Testamento, a lo malo le decimos bueno, y a lo bueno le decimos malo. Muchas veces, en nuestra conciencia, pensamos que vivimos con restricciones, en lugar de entender que la gente más libre es la que puede decidir restringirse a sí misma de hacer ciertas cosas. Entonces, lo que queremos es disfrutar lo mejor de Egipto, cuando realmente lo que tú estás viviendo es lo mejor.
El estilo de vida que llevó a José a ser relevante para Dios, no evitó que José cayera en un pozo. El estilo de vida de José no evitó que fuera vendido y traicionado por sus hermanos. El estilo de vida de José no evitó que la mujer de Potifar hablara mal de él, y terminara en la cárcel. El estilo de vida de José no evitó que aquel hombre que él ayudó en la cárcel se olvidara de él por dos años.
Por trece años, José mantuvo un estilo de vida que lo mantuvo siendo relevante para Dios, pero lleno de problemas en la tierra.
Si te preguntas, entonces, de qué sirve tu esfuerzo si comoquiera vas a tener tribulación, aflicción; es necesario que sepas que, sin este estilo de vida, también lo vas a tener. Con el estilo de vida del mundo, las cosas no mejoran.
¿Cuánta presión del mundo tú puedes aguantar antes de ceder a cambiar tu estilo de vida?
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