SIGUE TUS SUEÑOS


Dios ha puesto anhelos en nuestro corazón y sueños que hemos llevado toda la vida. Ha puesto dones, habilidades y talentos en nosotros que nos llevan a cumplir el propósito que él tiene para nosotros desde antes que naciéramos.

En la naturaleza de Dios como Padre está el soñar y ha puesto este sentido de soñar también en nosotros como hijos para anhelar lo que él anhela en su corazón.

Al compartir con nosotros lo que él es y lo que desea como Dios, también busca que compartamos con todos lo que nos da. Nos dice “De gracia recibiste, da de gracia”. Las bendiciones, la unción, los talentos, los anhelos, las habilidades que ha depositado en nuestras vidas las hemos recibido para llevarlas y compartirlas con aquellos que están a nuestro alrededor.

Todo esto que hay en nuestro corazón son llaves que nos ha dado para abrir puertas en la vida de otros. Lo que recibimos de Dios no es para que nos lo quedemos solo para nosotros, pues cuando bendecimos la vida de alguien más es entonces cuando activamos en ellos algo de parte de Dios.

Cuando compartimos con otros lo que escuchamos de Dios, cuando compartimos con otros lo que aprendimos en su Palabra, cuando compartimos con otros el talento que puso en nosotros, cuando compartimos palabras de aliento y de fortaleza en la vida de otros, es entonces cuando fluye en nosotros el agua que refresca sus vidas. Cuando compartimos esas llaves con los demás, es entonces cuando se abren puertas en la vida de ellos que Dios ya las tenía preparadas. Tu vida, como llave, puede influenciar y ser de bendición de una manera tan especial y tan diferente de cualquier otra persona.

No te quedes con los dones que Dios ha puesto en ti, sino úsalos para ser de bendición en la vida de otros. No te quedes con los sueños que ha puesto en tu corazón, pues al hablar de ellos entonces harás que otros sueñen contigo.

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