En la biblia, vemos reflejada la fidelidad de Dios para con el pueblo de Israel, pero es muy importante entender que las bendiciones se manifiestan en aquellos que tienen un corazón obediente. Dios está listo para dar el milagro que tanto espera, pero debes estar alineado con la palabra y vivir en obediencia.
Cuando pasamos por una experiencia que no podemos catalogar como una victoria, no hay por qué desmayar, porque estamos próximos a experimentar la victoria. No importando las circunstancias adversas, estamos en pie, confiando en que Dios va actuar a favor nuestro.
Es importante entender que los momentos difíciles son momentos de aprendizaje, de reflexión, y de estar firmes. Son momentos de verificar si estas firme para cuando llegue el momento crucial. Así como un avión a punto de aterrizar hace que sientas un movimiento brusco, en ocasiones, la vida te sacude, y Dios te dice: Abróchate el cinturón porque estás a punto de aterrizar; y entonces cuando sabes que estás a punto de entrar en la calma de Dios.
En la vida del cristiano, llegan momentos de grandes victorias, pero también momentos de reposo. Muchas veces, nos hemos acostumbrado a pensar en que, después de una victoria, viene un momento de derrota. Para aquellos que caminamos en fe, sabemos que después de una bendición, estamos en preparación, con la expectativa de una mayor bendición, de nuevas promesas por cumplirse.
Cuando estudiamos la biblia, vemos a Elías que está bajo un enebro, justo después de haber matado a cuatrocientos profetas de Baal. El ángel despierta a Elías y le da de comer; luego, lo despierta nuevamente y le dice: Levántate y come, porque largo camino te resta. Esto sucede en nuestras vidas. Pensamos que, de un día para otro, todo se va a resolver. Todo comienza a pasar bien alrededor, has logrado victorias, pero largo camino te resta, porque hay mucho por hacer.
Después de las grandes bendiciones que has recibido de parte del Señor, después que tu pasado se ha consumido detrás de ti y has organizado tu vida, Dios tiene mayores bendiciones para ti. Tus victorias no solamente son ver a tus enemigos y a tu pasado consumirse detrás de ti, sino todas y cada una de las promesas para por cumplirse delante de ti.
Vive en expectativa. Dios no ha terminado contigo. Levántate, porque largo camino te resta.
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