Muchos partidarios de la tradición petrina afirmarán que Pedro fue establecido y considerado el “primer papa”. Considera algunos de los argumentos que se presentan a favor de esta afirmación.
Argumento #1: Pedro recibió las llaves del reino de los cielos (Mateo 16:19)Con este enunciado el catolicismo argumenta que a Pedro se le otorgó poder o autoridad suprema sobre la iglesia. Aunque el contexto en Mateo no sostiene tal interpretación, la gente de varias religiones está de acuerdo en que a Pedro se le otorgó “algo especial” que no se les otorgó a los demásapóstoles. A menudo se ha malinterpretado este “algo”.Debemos entender lo que significa el “reino de los cielos”. Algunas personas han sugerido que esta frase hace referencia al cielo mismo, y por ende, han representado a Pedro como aquel que permite o impide el acceso a la recompensa eterna. Pero esta interpretación es inconcebible ya que seencuentra en cruda oposición con el contexto de este pasaje.
Al leer Mateo 16:18, entendemos que el tema bajo consideración no es el cielo mismo, sino la iglesia. Por tanto, Jesús habló de la iglesia como el reino de los cielos. Esto no solamente es evidente por Mateo 16:18, sino también se enseña en muchos otros pasajes del Nuevo Testamento ( Marcos 9:1; Colosenses 1:13; 1 Tesalonicenses 2:12; Hebreos 12:28).Además, necesitamos entender la naturaleza de las “llaves” que Pedro recibió. H. Leo Boles escribió, “Usar las llaves era abrir la puerta o dar los términos de entrada al reino de Dios” (1999, p. 266). En otras palabras, a causa de la confesión de Pedro acerca de Jesús (Mateo 16:16), Jesús le dio el privilegio de ser el primer hombre en enseñar a las almas perdidas cómo llegar a ser cristianas y por ende llegar a ser parte de la iglesia del Señor. Barnes lo expresó de esta manera:Por tanto, cuando el Salvador dice que dará a Pedro las llaves del reino de los cielos, quiere decir que le hará el instrumento para abrir la puerta de la fe al mundo—el primero en predicar el evangelio a los judíos y a los gentiles” (2005, p. 171).
No cabe duda que las “llaves” representan las oportunidades que Pedro tendría de dar la bienvenida al mundo, por primera vez, a la era cristiana y al reino de los cielos, la iglesia.También debemos averiguar cuándo Pedro usó las “llaves”. La declaración de Jesús fue presentada de forma profética. Pedro tendría la oportunidad de abrir las puertas de la iglesia en el futuro.
La Biblia muestra claramente el cumplimiento de esta profecía en Hechos 2. Pedro, lleno del EspírituSanto como los demás apóstoles (2:4), se puso de pie y dio el primer sermón registrado del Evangelio después de la resurrección de Jesús (2:14-38). Fue en ese momento en que las palabras de Jesús se cumplieron. Debido a la predicación de Pedro y los demás apóstoles, 3,000 judíos (2:5) fueron bautizados en Cristo e ingresaron por las puertas abiertas de la iglesia (2:41-47). No obstante, la iglesia estaría compuesta no solamente de judíos, sino también de gentiles. Hechos 10 narra que Pedro abrió las puertas de la iglesia para los gentiles, de la misma manera que abrió laspuertas de la iglesia para los judíos. Esto fue el “algo especial” que Pedro recibió a causa de su confesión: el privilegio de ser el primero en predicar el Evangelio (después de la resurrección de Cristo) a judíos y gentiles.Pedro abrió las puertas de la iglesia, y desde entonces las puertas de la iglesia han permanecido abiertas. Solo Pedro recibió este privilegio. Jesús dijo: “Y a ti [Pedro] te daré las llaves del reino de los cielos” (Mateo 16:19). No existen personajes, tales como papas, abriendo y cerrando las puertas de la iglesia.
Argumento #2: Pedro recibió el poder de atar y desatar (Mateo 16:19)Con este argumento el catolicismo afirma dos cosas concernientes a Pedro:(1) que él recibió la autoridad de perdonar pecados; y (2) que Jesús consideró como aprobado, autoritativo y bueno cualquier cosa que él haría con Su iglesia. En otras palabras, Jesús le dio el don de la“infalibilidad”.Para analizar lo que Jesús dijo acerca de Pedro, otra vez debemos tener en cuenta que el contexto de Mateo 16:19 está firmemente ligado al tema de la iglesia, y no al perdón de pecados o a la concesión de alguna clase de infalibilidad en asuntos doctrinales. Un texto bíblico que puede ayudarnos a entender Mateo 16:19 es Mateo 18:18, donde Jesús hizo la misma promesa a todos Sus apóstoles.
Él dijo: “De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en los cielos”.De este texto, Boles ha señalado: “Este es el mismo pensamiento encontrado en Mateo 16:19. Esto muestra que tiene una aplicación más amplia que la disciplina de un hermano errante. El Espíritu Santo guiaría a los apóstoles en su instrucción al hermano errante y a la iglesia” (1999, p. 288). Así que en Su declaración en Mateo 16:19, Jesús estaba afirmando que las condiciones del sistema cristiano que Pedro y los demás apóstoles expondrían ya habían sido requeridas por el Cielo.La gramática griega de estos versículos aclara el significado del enunciado de Jesús. A.T. Robertson ha anotado que “el futuro perfecto pasivo ocurre en el N.T. solamente en la forma perifrástica en tales ejemplos como Mateo 16:19 y Mateo 18:18” (1934, p. 361). Por tanto, el texto debería leerse:“y todo lo que atares en la tierra habrá sido atado en los cielos, y todo lo que desatares en la tierra habrá sido desatado en los cielos”. Al decir esto, Jesús aseveraba que las resoluciones en la Tierra estaban sujetas a las decisiones hechas en el cielo. Los apóstoles enseñarían de acuerdo con lo que ya había sido atado o desatado en el cielo. Esto no se basaba en la infalibilidad de un hombre, sino en la infalibilidad del Espíritu Santo prometido a los apóstoles en el primer siglo (Juan 16:13; Mateo 10:19-20).Hoy tenemos las enseñanzas inspiradas e infalibles del Espíritu Santo en la Biblia (2 Timoteo 3:16-17).
Jesús nunca instituyó a Pedro como papa. Los títulos “Papa”, “Pastor Universal”, “Cabeza Terrenal de la Iglesia”, “Pontífice” y otros, nunca salieron de la boca de Jesús para describir a Pedro.Independientemente de los privilegios otorgados a Pedro, su autoridad y derechos fueron la misma autoridad y derechos concedidos a los demás apóstoles del Señor (1 Corintios 9:1-5; 12:28; 2 Corintios 11:5; 12:11; Gálatas 2:8).¿QUIÉN FUE PEDRO?Si Pedro no fue el primer papa, entonces la pregunta es, “¿Quién fue Pedro?”. ¿Fue igual a los otros apóstoles, o mereció una posición de supremacía entre ellos? Se puede presentar los argumentos que establecen la identidad de Pedro de la siguiente manera.Pedro fue solamente un hombreAunque esta declaración es obvia, a veces se pasa por alto sus implicaciones.
Cuando Cornelio se postró delante de Pedro (Hechos 10:25), Pedro le dijo: “Ponte de pie, que sólo soy un hombre como tú” (Hechos 10:26, NVI). Con esta declaración Pedro implicó tres puntos muy importantes:(a) que él era “un hombre como tú”, es decir, como Cornelio; (b) que él era “un hombre”, es decir, como todos los hombres; y (c) que él era “sólo...un hombre”, es decir, que no era Dios, y por ende no merecía adoración. Con toda humildad, Pedro entendió que su naturaleza humana le impedía aceptar adoración. Por otra parte, el papa, siendo solo un hombre como Pedro, espera que los hombres se arrodillen ante él, besen sus pies y le hagan reverencia, recibiendo así la adoración que no le corresponde. ¡Qué diferencia tan grande entre Pedro y sus supuestos sucesores! Ni siquiera los ángeles de Dios permiten que los seres humanos les muestren adoración al arrodillarse ante ellos (Apocalipsis 19:10; 22:8-9).
¡Solamente se puede quedar pasmado al considerar la gran osadía de alguien que usurpa el lugar que corresponde solamente a Dios!Pedro fue un apóstol con la misma autoridad y derechos que los demás apóstolesEn una ocasión, los apóstoles del Señor disputaban en cuanto a quién era el mayor (Lucas 22:24), así que Jesús les dijo, “Los reyes de las naciones se enseñorean de ellas...mas no así vosotros” (Lucas 22:25-26,Mateo 18:1-5; Marcos 9:33-37; Lucas 9:46-48). Jesús no hubiera hecho este comentario si Pedro tenía más autoridad y derechos que los demás apóstoles, como el catolicismo sugiere. De hecho, si se debía considerar a Pedro con más honor que a los demás apóstoles, este hubiera sido el momento adecuado para aclarar este punto a los demás apóstoles “sedientos de gloria ajena”. Sin embargo, Jesús aseguró que no sería así con Sus apóstoles.En otra ocasión, la madre de Juan y Jacobo se presentó delante de Jesús con ellos, pidiéndole que concediera a sus hijos sentarse con Él en Su reino, el uno a Su derecha y el otro a Su izquierda (Mateo 20:20-21).
Jesús señaló que ellos no sabían lo que pedían (Mateo 20:22), y añadió: “Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas.... Mas entre vosotros no será así” (Mateo 20:25-26). Si Jesús hubiera considerado a Pedro como superior a los demás apóstoles, hubiera aclarado este punto inmediatamente a la esposa e hijos de Zebedeo, diciéndoles que estaban pidiendo un honor ya concedido a Pedro. Pero Jesús no lo hizo. Parece que hoy algunosreligiosos quieren que “sea así” entre los apóstoles, exaltando a Pedro a pesar de lo que Jesús dijo.Muchos católicos tratan de justificar su reclamación de que Pedro fue el primer papa al afirmar que él fue el más grande apóstol. Ellos declaran que Pedro fue el más grande porque:
(1) siempre se le menciona primero en las listas de los apóstoles (e.j., Mateo 10:2; Marcos 3:16; Lucas 6:14-16; Hechos 1:13);
(2) reconoció a Jesús como Señor en Mateo 16:16; y
(3) Jesús le encomendó cuidar a Sus ovejas (Juan 21:15-19). ¿Son estos argumentos suficientes para establecer el papado o supremacía para Pedro? No. Considere el caso de cualquier otro apóstol. Por ejemplo, se podría decir que Juan fue “el más grande” apóstol porque: (1) en la Biblia se le considera como el “discípulo amado” (Juan 13:23; 21:20,24); (2) se recostó cerca del pecho del Señor poco antes de Su arresto (Juan 13:25; 21:20), ciertamente una postura que sugiere una relación muy estrecha; y(3) Jesús le encomendó el cuidado de Su madre (Juan 19:26-27). ¿Significa esto que también deberíamos considerar a Juan como un papa? Y si no, ¿deberíamos considerar a Pedro como un papa si todos los apóstoles tuvieron la misma autoridad y sus propios privilegios?
Ciertamente, Jesús concedió autoridad a todos Sus discípulos, no solamente a Pedro (Mateo 28:19-20).Finalmente, considera las palabras de Pablo. Él dijo: “Porque en nada he sido menos que aquellos grandes apóstoles, aunque nada soy” (2 Corintios 12:11). Por este versículo podemos concluir que Pablo no fue inferior a los demás apóstoles, y que Pedro no fue menor ni mayor a Pablo.Pedro fue un apóstol con el mismo poder que los demás apóstolesAlgunos religiosos han esparcido el mito que Pedro poseyó más poder milagroso que los demás apóstoles, y por ende, que fue el más grande apóstol. Pero Mateo 17:14-21 narra la historia de un muchacho lunático que fue traído a los discípulos de Jesús (incluyendo a Pedro), pero ellos nopudieron sanarle.
Si Pedro hubiera tenido un poder “más eficiente” que el poder de los demás apóstoles, habría podido realizar el milagro. No obstante, el joven fue sanado cuando se le llevó a Jesús. Luego Jesús reprendió a todos los apóstoles por su “poca fe”.Cerca del final de Su ministerio, Jesús prometió a todos Sus apóstoles que el que creía en Él, podría también hacer las obras que Él hacía, y aún mayores (Juan 14:12). En Hechos 2, cuando el Espíritu Santo descendió con poder, no solamente invistió a Pedro, sino también a los demás apóstoles (vss. 1-4). Hechos 2:43 confirma esto al declarar que “sobrevino temor a toda persona, y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. No existe duda que el apóstol Pedro fue lleno del poder del Espíritu Santo, pero ese poder también se manifestó en los demás apóstoles, y nunca fue fundamento para considerar a un apóstol como superior a otro.Pedro fue un hombre que cometió erroresPedro cometió muchos errores así como cualquier otra persona.
El Nuevo Testamento registra que:
(a) dudó de Jesús (Mateo 14:28-31);
(b) actuó impulsivamente en contra de su prójimo (Juan 18:10- 11);
(c) negó a Jesús tres veces (Mateo 26:69-75; Marcos 14:66-72; Lucas 22:54-62; Juan 18:15- 18,25-27);
(d) se sumergió en su fracaso (Juan 21:3); y
(e) actuó hipócritamente ante la iglesia (Gálatas 2:11-21; Pablo le confrontó “cara a cara, porque era de condenar”: una confrontación quese consideraría insolente si Pedro era la “cabeza de la iglesia". No deberíamos menospreciar a Pedro, pero debemos entender que Pedro, como todos los otros siervos de Dios, tuvo sus errores y no debería ser considerado mayor a los demás apóstoles, o a ningún otro cristiano ( Mateo 11:11).
CONCLUSIÓN Ni Jesús, ni los apóstoles, ni los primeros cristianos consideraron a Pedro como superior a los demás apóstoles. Él simplemente fue un hombre privilegiado con el ministerio apostólico y un miembro del cuerpo de Cristo, que es la iglesia. Solamente hay una Cabeza de la iglesia, y esa Cabeza es Jesucristo, no Pedro (Efesios 1:20-22; 5:23; Colosenses 1:18).
REFERENCIAS
Barnes, Albert (2005), Notas sobre el Nuevo Testamento: Mateo y Marcos [Notes on the New Testament: Matthew and Mark], (Grand Rapids, MI: Baker).Boles, Leo H. (1999),
Comentarios del Nuevo Testamento: Mateo, (Nashville, TN: Gospel Advocate).
Robertson, A.T. (1934), Una Gramática del Nuevo Testamento Griego [A Grammar of The Greek New Testament] (Nashville, TN: Broadman Press).
0 comentarios:
Publicar un comentario