Nueces
Dice Cantares 6:11: “Al huerto de los nogales descendí a ver los frutos del valle...” Los botánicos hoy creen que el huerto de nogales de Salomón mencionado en la Escritura era un frondoso bosquecillo de nogales. En ese tiempo las nueces eran muy apreciadas por el aceite que producían, el cual era considerado ligeramente inferior al aceite de oliva, además, como fruto eran deliciosas y sus árboles proveían una madera muy apreciada.
El siguiente versículo de Génesis demuestra que las nueces se encontraban entre los tesoros más preciados que uno podía ofrecer: “Entonces Israel su padre les respondió: Pues que así es, hacedlo; tomad de lo mejor de la tierra en vuestros sacos, y llevad a aquel varón un presente, un poco de bálsamo, un poco de miel, aromas y mirras, nueces y almendras” (Gn. 43:11).
Según Harold y Alma Moldenke, autores del libro Plantas de la Biblia, «muchas personas poseían huertos de árboles de olivo, pero los reyes también tenían almendras, nueces y pistachos». En otras culturas, se creía que las almendras eran de buena suerte y buenas para la salud. Una vez más vemos que no era accidente que las personas en los tiempos bíblicos, quienes incluían nueces en su dieta, no se vieran afectadas por tantos de los desórdenes en la salud que parecen plagarnos en estos tiempos modernos.
La tradición de las nueces como un alimento poderoso para la salud continuó hasta la Edad Media. Las nueces eran consideradas tan poderosas que se las incluía en la prescripción hasta para prevenir la plaga negra que arrasó a Europa durante la Edad Media. En 1597, el inglés John Gerard dio este consejo en la obra en inglés The Herball or General Historie of Plantas: «Las hojas de ruda, junto con los granos de nuez y los higos triturados, transformados en una masa o pasta, son buenos contra diversas dolencias, epidemias o plagas». Sabemos que las nueces contienen la mezcla indicada de ingredientes naturales cuyos beneficios incluyen la prevención en contra del cáncer, una reducción en las enfermedades del corazón y la diabetes.
Por ejemplo, un estudio reciente realizado en la Universidad de Loma Linda, California, encontró que los adultos con una dieta baja en grasa que comieron dos onzas de nueces cinco veces o más por semana, disminuyeron sus niveles de colesterol en un 12%. He aquí algunos de los valores nutritivos que contiene una onza de nueces:
- Almendras
Calorías 174
Grasa 16 g
Carbohidratos 9,5 g
Potasio 95 mg
Proteína 1,3 g
- Maní (Seco y horneado)
Calorías 164
Grasa 14 g
Carbohidratos 6 g
Potasio 180 mg
Proteínas 6,6 g
- Nueces
Calorías 172
Grasa 17,6 g
Carbohidratos 3,4 g
Magnesio 57,4 mg
Proteínas 6,9 g
Una razón de por qué las nueces son tan nutritivas y tan altamente estimadas entre los alimentos buenos para la salud es que son ricas en minerales importantes, tales como: zinc, cobre, hierro, calcio, magnesio y fósforo. Por consiguiente, todas las nueces contienen altos niveles de una sustancia que los científicos llaman «inhibidores proteasa», una enzima que actúa como catalizador en la degradación de las proteínas, la cual dicen los expertos, parece encontrarse entre los bloqueadores de cáncer más significativos apenas descubiertos.
Un experto en el área de estos inhibidores proteasa, el doctor Walter Troll de la Universidad de Nueva York, dijo que las nueces se encuentran entre los mejores alimentos anticancerígenos que el mundo pueda ofrecer. De manera interesante, todas las clases de nueces parecen portar los mismos beneficios. Eso incluye propiamente todas las variedades de nueces, pistachos, maní, almendras, nueces, nueces de Brasil, anacardos, bellotas, castañas y avellanas.
Las nueces contienen otra sustancia llamada «polifenol» que los investigadores ahora creen que ayuda a combatir el cáncer antes que comience a propagarse en forma incontrolable a través de todo el cuerpo. El aceite en las nueces, como es de muchos vegetales, se le considera saludable porque es una grasa polisaturada y tiende a disminuir los niveles de colesterol en la sangre.
Mientras tanto, en otras áreas de la salud, el maní es altamente considerado porque ayuda a controlar los niveles de azúcar en el cuerpo humano. El maní ayuda a estabilizar los aumentos agudos de los niveles del azúcar y de la insulina en la sangre. Esta es una buena noticia para los diabéticos y otros que deben mantener un nivel cuidadoso y regulado de los niveles del azúcar todo el tiempo.
Las diversas variedades de nueces son muy saludables como un alimento para los diabéticos, ya que casi no contienen almidón. Las nueces en la actualidad son parte de una dieta diaria en los países del área del Mediterráneo, tal como fuera en los tiempos bíblicos cuando Jacob instruyó a Judá para que las incluyera como parte del regalo para José, quien entonces era gobernador de Egipto.
Esta tradición antigua de obsequiar nueces como una ofrenda de paz y buena voluntad ha perdurado a lo largo de los siglos. En áreas actuales de la Tierra Santa, los hebreos se las sirven a sus visitantes junto con los dátiles, higos y uvas.
Olivo
Dice Santiago 5:14: “¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor”. El árbol de olivo ciertamente era uno de los más valiosos y versátiles de los tiempos bíblicos. Se le menciona frecuentemente en la Biblia. Son muchísimos los pasajes que contienen referencias al árbol de olivo. Probablemente la referencia más famosa sobre su poder curativo la encontramos en la parábola del buen samaritano, en la cual el samaritano le presta auxilio a un viajero que habían asaltado y herido y al cual le curó las heridas con vino y aceite de oliva: “Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino...” (Lc. 10:33, 34a).
Un botánico que llevó a cabo un estudio prolongado y cuidadoso de las plantas de la Biblia dice que, «...ningún árbol está más estrechamente asociado con la historia del hombre y el desarrollo de la civilización que el olivo». Desde el tiempo de Noé, la rama de olivo ha sido un símbolo de paz. Y desde entonces, tal parece que el olivo y su aceite han sido usados como un remedio poderoso para una amplia variedad de dolencias que son tan antiguas como el arca.
El aceite de oliva es un alimento altamente energético y una de las grasas más fáciles de digerir. Los antiguos de los tiempos bíblicos descubrieron formas de incorporarlo casi en todas las comidas, tanto en la cocina como en la mesa. El aceite de oliva también se usaba como combustible en las ceremonias religiosas y como cosmético para ofrecerle a los huéspedes como señal de bienvenida. Además de sus propiedades para sanar como alimento, el aceite de oliva mezclado con vino se usaba para desinflamar y curar heridas, tal como en la parábola del buen samaritano.
La “unción con aceite” que era claramente una parte de las tradiciones sagradas entre las personas de los tiempos bíblicos, ciertamente debía hacerse usando siempre aceite de oliva. Según una tradición antigua, tan antigua quizá como la propia Biblia, «El aceite de oliva hace que desaparezcan sus molestias y dolores». Por cientos de años los beneficios del aceite de oliva en la nutrición, cosmetología y como medicina, han sido reconocidos por los pueblos del Mediterráneo incluyendo la Tierra Santa.
Se empleaba para mantener la elasticidad de la piel y los músculos, para curar las quemaduras y para suavizar el efecto de las quemaduras del sol y el viento, especialmente en las tierras desérticas que fueron el escenario de muchas de las mejores historias de amor de la Biblia. Las mujeres, en particular, lo usaban para darle brillo y cuerpo al cabello. Mezclado con especias o hierbas, se tomaba o se usaba externamente para salud y belleza.
Plinio e Hipócrates, el famoso médico de la antigua Grecia, quien vivió en la era del Nuevo Testamento, prescribía medicinas que contenían aceite de oliva y hojas de olivo como cura para desórdenes, tales como: inflamación en las encías, insomnio, náuseas y furúnculos. Muchos de estos remedios antiguos han llegado a convertirse en parte de nuestros remedios caseros. Los investigadores confirman que son tan válidos hoy como lo fueron hace cientos de años.
Tal vez usted haya oído hablar de la «dieta del Mediterráneo». Se le ha dado amplia publicidad en los últimos cuatro o cinco años porque puede ser una clave importante para reducir la incidencia de enfermedades del corazón. Ciertamente, las investigaciones recientes ahora parecen proveer evidencia sustancial de que la clase de dieta que consumían las personas en los países alrededor del oriente del Mediterráneo, la cual incluía altos niveles de aceite de oliva, ofrecía protección substancial en contra de los ataques del corazón.
Un extenso estudio llevado a cabo por la Fundación Americana del Corazón encontró que en la isla Mediterránea de Creta, la tasa de mortalidad debido a las enfermedades cardiovasculares es la más baja en todo el mundo. Se compararon las cifras y dietas, con esas de Finlandia y Estados Unidos que tienen la tasa más alta de muertes por ataques al corazón. La diferencia estaba en el tipo de grasa en la dieta. En los países con tasas más altas de enfermedades cardiovasculares, la dieta era alta en grasas saturadas, las que aumentan los niveles de colesterol. Los ácidos grasos monoinsaturados no contienen colesterol, y el aceite de oliva contiene del 56 al 83% de estos ácidos, también llamados ácidos oleicos.
Los problemáticos ácidos grasos se encuentran en la grasa animal, tal como en la mantequilla y en el cerdo. El aceite de oliva es rico en grasas monoinsaturadas, las cuales pueden ayudar a reducir el colesterol de la sangre. Un estudio reciente encontró que los niveles de mal colesterol pueden reducirse en un 7% al sustituir la margarina por aceite de oliva. Cuatro o cinco cucharadas de aceite de oliva diarias, mejoran dramáticamente la sangre en los pacientes que han sufrido ataques al corazón. Y dos tercios de una cucharada al día, disminuyen la presión sanguínea en los hombres.
Si está tratando de reducir el consumo de grasa en su dieta para evitar el riesgo de ataques al corazón, piense en el aceite de oliva como un reemplazo ideal. Cualquier cosa que pueda freír ligeramente en mantequilla, puede freírlo en aceite de oliva. No sólo ayudará a su corazón, sino que también satisfará su gusto. Los aspectos saludables del aceite de oliva no se limitan a sus efectos positivos en la batalla contra las enfermedades del corazón. Existe fuerte evidencia de que también retarda el crecimiento del cáncer.
Por ejemplo, el aceite de oliva parece fortalecer las membranas celulares que las hace más estables y capaces de resistir la invasión de los radicales libres que vagan por y a través del cuerpo causando tanto daño. Se ha determinado que los radicales libres tal vez sean la causa principal del cáncer. El aceite de oliva es rico en vitamina E, uno de los mejores antioxidantes disponibles.
Los expertos creen que esos antioxidantes ayudan a las células humanas a combatir el cáncer. Al hacer esto, fortifican las células y de esta forma disminuyen el deterioro que acompaña el proceso de envejecimiento, ya que las células son más saludables y viven por más tiempo. Increíblemente hay bastante evidencia de que una dieta rica en aceite de oliva contribuye a la longevidad. Se ha demostrado que el aceite de oliva reduce el deterioro de la edad en los tejidos del cuerpo y el cerebro. Y puede que haya más conexión entre el olivo y la longevidad, ¡porque se sabe que los propios árboles de olivos sobreviven por 3.000 años y hasta más!
Se ha demostrado que el aceite de oliva reduce la acidez gástrica. Protege contra úlceras y ayuda al paso de la comida hasta los intestinos, contribuyendo así a prevenir el estreñimiento. Estimula la secreción de la bilis y provoca contracciones de la vesícula reduciendo el riesgo de las piedras. Ya que el aceite de oliva contiene vitamina E y ácidos oleicos, los cuales también se encuentran en la leche humana, ayuda al crecimiento normal de los huesos y es muy adecuado para madres embarazadas y que están amamantando porque estimula el desarrollo del sistema nervioso del infante, antes y después del nacimiento.
Un consejo: El aceite de oliva extra virgen tal vez cueste un poco más, pero contiene más de esos ingredientes naturales que se estima combaten las enfermedades del corazón. Un científico aconseja que entre más puro sea el aceite más ayudará a su corazón. Ya que el aceite de oliva hace maravillas al bloquear la tendencia de los coágulos sanguíneos, mejorando los niveles del buen colesterol y reduciendo el peligroso acumulamiento de mal colesterol en las arterias, algunos expertos ahora recomiendan fuertemente el aceite de oliva como una forma excelente de reducir el riesgo de ataques del corazón y de embolias.
Los médicos en España les dan a los pacientes, a quienes les practican cirugía del corazón, de cuatro a cinco cucharadas de aceite de oliva diariamente, como parte de su proceso de recuperación. En un estudio llevado a cabo con pacientes durante seis meses, se demostró que ellos eran menos susceptibles a futuros ataques en el corazón y ataques de embolia, que entre los pacientes a quienes no se les había administrado aceite de oliva.
El Centro de Ciencia y Salud de la Universidad de Texas en Dallas también informó, que las grasas monoinsaturadas en el aceite de oliva redujeron dramáticamente y alteraron favorablemente el colesterol en la sangre. En pruebas realizadas a personas de edad madura, el aceite de oliva redujo todo el colesterol en un 13% y el mal colesterol en un 21%.
Investigadores en la Universidad de Kentucky determinaron que dos tercios de una cucharada al día, administrada a hombres, redujeron la presión sistólica de la sangre en cinco puntos y la diastólica en cuatro puntos. Este es el valor nutricional de una cucharada de aceite de oliva:
Calorías 119
Vitamina E 3-30 mg
Ácidos grasos monoinsaturados, oleicos 56-83%
Poli-insaturados, ácidos no grasos 3,5-20%
Poli-insaturados, ácidos grasos 0-1,5%
Ácidos grasos saturados 8-23,5%
Las grasas, tal como cualquier nutricionista le dirá, vienen en tres grupos: en las grasas saturadas que se encuentran en las carnes, mantequilla, queso y chocolate, que aumentan los niveles de colesterol y en las grasas poli-insaturadas y monoinsaturadas de los vegetales que reducen el colesterol.
Curas caseras
- Para cabello brillante: Después de lavarse el cabello frótese con una mezcla de aceite de oliva, yema de huevo y un poquito de cerveza. Déjelo durante cinco minutos y enjuáguese.
- Para prevenir la caspa: Frótese una mezcla de aceite de oliva y colonia en el cabello y cuero cabelludo y enjuague.
- Para piel seca: Haga una máscara facial con un aguacate y aceite de oliva. Déjelo por diez minutos y enjuague.
- Para suavizar la piel: Mezcle porciones iguales de aceite de oliva y sal. Aplíquese un buen masaje con la solución y luego enjuáguese con agua fría.
- Para uñas débiles: Mezcle partes iguales de aceite de oliva y sal. Luego aplíquese una pincelada en las uñas con yodo blanco.
- Para pies cansados: Masajee sus pies con aceite de oliva.
- Para músculos doloridos: Hágase un masaje con una mezcla de aceite de oliva y romero.
- Para el acné: Aplíquese un masaje en el rostro con una mezcla de ocho onzas de aceite de oliva y diez gotas de aceite de lavanda.
- Para prevenir el malestar de la resaca: Tome dos cucharadas de aceite de oliva antes de comer.
- Para la presión alta: Ponga a hervir 24 hojas de olivo en ocho onzas de agua por quince minutos. Permita que se enfríe. Beba la infusión mañana y noche por dos semanas.
Vale la pena hacer notar que el aceite de oliva tiene un efecto laxante, de tal manera que si va a cambiar su dieta con aceite de oliva, asegúrese de hacerlo gradualmente.
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