¿Has considerado todas los sucesos sobrenaturales que se relatan en los evangelios después de la muerte y resurrección de Jesucristo? Ellos registran varios acontecimientos asombrosos que tuvieron lugar no solo acerca de la muerte de Jesús, sino también en el momento en que resucitó.
Cuando Jesús estaba en la cruz, desde las 12 del día hasta las 3 de la tarde hubo una gran oscuridad. Pero al momento de su muerte y antes de que lo pusieran en la tumba, ocurrió un evento que solo podía ser obra de Dios. La Biblia nos relata que de forma repentina, el velo del templo se rasgó en dos, desde arriba hacia abajo. El velo mencionado colgaba en el templo entre el Lugar Santísimo y el Lugar Santo. ¡El velo en sí medía al menos 30 por 60 pies de largo (9,1 por 18,2 metros) y tenía un grosor de entre 4 y 6 pulgadas (10 a 15 centímetros)!
También tuvo lugar un terremoto masivo que sacudió Jerusalén y rompió rocas, seguido de un milagro sobrenatural. Las tumbas de muchos santos fallecidos se abrieron y ellos fueron resucitados a la vida física y se les aparecieron a varias personas
En la mañana de la resurrección, un segundo terremoto tuvo lugar. El ángel del Señor descendió del cielo, removiendo la enorme piedra que sellaba la entrada del sepulcro y se sentó sobre ella. Imagínate su fuerza para mover una roca tan pesada.
Un grupo de mujeres, entre ellas María Magdalena y la otra María, fueron las primeras testigos de la resurrección. Habían acudido al sepulcro para ungir el cuerpo de Jesús con especias y ungüentos según la costumbre judía. Sin embargo, no sabían que las autoridades religiosas habían inspeccionado la tumba y que las autoridades romanas la habían sellado legalmente, colocando guardias para protegerla. Después del terremoto y al ver al ángel, los guardias que estaban cuidando la tumba temblaron, quedaron como muertos y huyeron para informar a los líderes judíos lo que había sucedido.
Al entrar en la tumba, las mujeres vieron a un joven que era otro ángel sentado en el lugar donde Jesús había sido colocado. Sin embargo, ¡su cuerpo no estaba allí! La presencia del segundo ángel desconcertó y asustó a las mujeres. Los ángeles les dijeron a las mujeres que Jesús había resucitado, y les indicaron que fueran e informaran a los discípulos que Jesús había resucitado. Sin embargo, cuando las mujeres compartieron lo que habían visto, los discípulos no les hicieron caso, creyendo que ellas estaban imaginándose cosas, con la excepción de Pedro y Juan, que corrieron hacia el sepulcro para encontrarlo vacío tal como dijeron las mujeres.
Después de su resurrección, Jesús se apareció a sus discípulos y también a más de 500 personas.
Los sucesos sobrenaturales registrados en los Evangelios respaldan la autenticidad de la resurrección de Jesús. Su muerte no fue el fin, sino el principio de una nueva era de esperanza y salvación para quienes creen en él.
Al igual que Jesús resucitó de entre los muertos, podemos estar seguros de que también resucitaremos en cuerpo y alma y tendremos una vida eterna junto a Dios. La resurrección de Jesús nos da la certeza de que la muerte no es el final, y que podemos tener una esperanza de vida después de la muerte.
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