El capítulo 1 de Éxodo relata que los egipcios estaban decididos a mantener esclavizados a los israelitas. Querían extenuarlos para que el pueblo escogido de Dios se diera por vencido y no cumpliera su destino. De los dos millones de israelitas que recibieron la invitación de Dios para entrar a la Tierra Prometida, ¡sólo dos pudieron lograrlo!
De igual manera, los cristianos de hoy día a menudo oyen y comprenden las promesas de Dios cada domingo a la mañana en la iglesia, pero después es inusual que puedan vivirlas en lo cotidiano. En su obra Uno en un millón, Priscilla Shirer, maestra de enseñanza bíblica, nos invita a cambiar para siempre ese patrón de vida para superar nuestras circunstancias y estar atentos a que Dios se manifieste a diario de maneras milagrosas.
No hay dudas de que podemos descubrir y seguir el propósito de Dios para nuestra travesía.
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