“… y no se dieron cuenta (la versión antigua dice: no entendieron) hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre.” Mateo 24: 39
De acuerdo a las enseñanzas de Jesucristo Noé fue alguien real, fue real el diluvio y será una realidad la Segunda Venida de Cristo, precedida por el Rapto de la Iglesia. ¿Cuál será el estado y las condiciones del mundo para los días próximos a su regreso? Aquí se revelan claramente: "Porque como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre." Nada podría ser más sencillo que esto.
Así como hubo una cada vez más creciente maldad en los días de Noé, así será también la venida del Hijo del Hombre. El mundo no se va a poner mejor, como no se pudo mejor en los días de Noé. No, sino que se puso peor y peor, hasta que vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo el mal (Gen 6:5). “Así será la venida del Hijo del Hombre.”
“Al igual que en los días de Sodoma " (Lucas 17:29-30). En los últimos días habrán "Tiempos peligrosos" (2 Ti 3:1); "No soportarán la sana doctrina" (2Ti 4:3); "herejías destructivas" (2 Pedro 2:1); "una fuerza de engaño" (2Tesalonicenses 2:11); "burladores con sus burlas, quienes procederán según sus bajas pasiones" (2 Pedro 3:3); estas y otras tantas cosas harán que muchos se aparten de la fe.
No tenemos que ser egresados de la Universidad de Harvard para entender que vivimos estos tiempos proféticos. Yo se que para muchos resulto sumamente inoportuno, porque les “molesto” el estilo de vida banal que viven o les obligo a salir de su zona de confort con mis razonamientos. Pero esa actitud también es tipo de los días de Noé, donde todo el mundo pretendió vivir en una fría indiferencia, hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos.
Tiempo de arrepentirse, tiempo de arreglar nuestros caminos con Dios, tiempo de despertar a la realidad de que se nos está acabando el tiempo…Tiempo del templo, de orar y orar mas, tiempo de santificarnos, de separarnos para Dios…tiempo de predicarle a los perdidos, tiempo de Dios y para Dios. Yo solo pienso en voz alta.
0 comentarios:
Publicar un comentario